BUENOS VECINOS

BUENOS VECINOS

Hace un tiempo, sola y atareada con muchos quehaceres, Alicia tropezó y cayó en el patio. La vecina vio la caída. Al instante, corrió y la ayudó a levantar.

Era todo cuanto necesitaba Alicia, ya que no tenía fuerzas para levantarse del piso. El dolor era tan intenso que los ojos de Alicia se llenaron de lágrimas. Abrazó a la vecina que insistía llamar a un médico. Con hielo y reposo, pronto Alicia mejoró.

Qué importante es la presencia física en determinados momentos. Existen situaciones que requieren soluciones rápidas y que solo los vecinos las pueden proporcionar. Por esto, en las emergencias, aparecen como actores principales. Debemos aprender a cultivar amistad con los que viven en los alrededores. En estos tiempos de inseguridad, las personas suelen refugiarse en sus casas o apartamentos. A veces ni se conocen los habitantes de un mismo edificio. Quizás por esto, ignoramos si cerca nuestro hay alguien que esté en un apuro y nos pueda estar necesitando.

A veces cada vivienda parece un castillo, pero podemos aprovechar las oportunidades para acercarnos.

Podemos ser la mano tendida de alguien, como fue en su momento la vecina de Alicia. Seamos vecinos atentos.

Dice la Palabra de Dios en Proverbios 27:10 “Nunca abandones a un amigo,    sea tuyo o de tu padre. Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano.    Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos”.

Por Alicia Ituarte (Alimento para el Alma)

Seamos vecinos bien atentos