CAMBIO DE DOMICILIO

CAMBIO DE DOMICILIO

Un banco Nueva York envió un ramo de flores a un banco de la competencia con motivo de la inauguración de sus nuevas instalaciones.

Por error, la tarjeta que acompañaba las flores decía: «Nuestras más sinceras condolencias».

Poco después, la encargada de la floristeria que había cometido el error llamó al banco para ofrecer sus disculpas.

Lo que más le preocupaba, agregó la muchacha, era que el otro ramo, enviado a un funeral, llevara el saludo destinado originalmente al banco, el cual decía: “Felicitaciones por su nuevo domicilio”.

Esto nos lleva a reflexionar acerca  de la muerte. Morir es como mudarse a una vivienda mejor. Estar con Dios en un lugar hermoso, dejar atrás pesares y dolores y reencontrarse con sus seres queridos.  

Por supuesto que la partida de un ser querido, produce dolor por la ausencia y los recuerdos.

Pero debe ser causa de esperanza, no de temor.

Así pues, a quien fallece en paz con Dios, podemos sin duda felicitarlo por su cambio de domicilio.

 Dice la palabra de Dios: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, ya se los habría dicho; voy, pues, a preparar un lugar para cada uno de ustedes” (Juan 14:2)

 Bendiciones para todos.