2 Sep 2018 07:46 PM

CARRERA LOCA 

CARRERA LOCA 

Un joven, de veintidós años de edad, subió a un auto robado, un Chevrolet, que encontró en California. Lo puso en marcha y se lanzó hacia el sur, a 160 kilómetros por hora, por la carretera número 5. Cuando menos pensó, se le acabó el combustible. Así que se bajó del Chevrolet y se robó un Ford, siguiendo siempre rumbo al sur, y siempre a 160 kilómetros por hora.

A estas alturas la policía se dio cuenta del robo y comenzó a perseguir al joven, que otra vez quedó sin combustible. Rápidamente se subió a un Volkswagen que encontró en el camino, y siguió su loca carrera.

La policía se dio cuenta de que se trataba de Miguel Stroh. Y Miguel no sólo era ladrón: había matado a un hombre. En eso, otras patrullas se unieron a la cacería.

A la altura de la ciudad de Anaheim, al sur de Los Ángeles, se le acabó el combustible a Miguel por tercera vez, y esta vez los policías lo alcanzaron. Al fugitivo, que no había dejado de disparar sus armas, lo mataron de un solo tiro. La carrera había por fin terminado, después de ocho horas de fuga.

La verdad es que todo para Miguel había llegado a su fin: el combustible de los autos, las balas de su arma, su carrera delictiva y sus días juveniles. Hijo de granjeros, pudo haber hecho la vida tranquila de las faenas agrícolas. Pero prefirió el delito. Escogió la droga y el narcotráfico antes que el trabajo honesto. Apenas con veintidós años de edad, llegó al fin de todo.

Así, o en forma semejante, terminan sus días todos aquellos que beben con afán el jugo de la vida. La existencia apresurada, la lucha loca, la carrera sin sentido, le pertenecen al que no tiene propósito en la vida. En cambio, cuando se sabe qué es lo que se quiere, cuando hay metas sanas que son para el bien de la familia, cuando se piensa en formación, en responsabilidad y en armonía espiritual, la vida entonces procede con calma, paz y madurez.

Pidámosle a Dios que sea él quien dirija nuestra vida. Que nos aleje de los afanes de la vida por enriquecernos materialmente y nos lleve a sitios y estados donde la riqueza interior se dé, porque desde allí, lograremos lo demás.

Bendiciones para todos.