DIOS RESPONDE A LA ORACIÓN

DIOS RESPONDE A LA ORACIÓN

Por Rhoda Gowarto Manzo (Tomado del Aposento Alto)

Cuando mi esposo estuvo muy enfermo, oré y ayuné pidiéndole a Dios que lo sanara, pero mi esposo murió. En aquel momento no pude comprender por qué Dios no había respondido a mi oración. Durante el tiempo de duelo un amigo me relató la historia de David que aparece en la lectura de hoy. Hallé fortaleza en las palabras de David, cuando dice: «¿Acaso puedo devolverle la vida? Yo iré adonde él está, aunque él ya no volverá a mí».

Dios responde a nuestras oraciones, pero no siempre de la manera en que queremos o esperamos. En 2º de Samuel, el hijo de David está enfermo. David ayuna y ora con desesperación para que el niño viva, aunque sabe que Dios había manifestado claramente que el pequeño moriría. David pensó que su ayuno y sus oraciones podrían cambiar el resultado, pero no fue así. El Señor no sanó al hijo de David ni a mi esposo, pero Dios está presente.

Perder a un ser querido es doloroso, pero podemos aprender a seguir adelante. Hallamos consuelo en la promesa que Dios le hizo a Pablo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad» (2ª a los Corintios 12:9, NVI). Cuando día a día nos apoyamos en la gracia de Dios y le permitimos sanar nuestra alma herida, la vida sigue, y Dios siempre estará con nosotros.

La vida sigue, y Dios va con nosotros.

Afirma la Palabra de Dios en Deuteronimo 31:8 "El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes".