27 Abr 2012 06:02 AM

EL CAPULLO DE LA MARIPOSA

Si Dios nos permitiese pasar por nuestras vidas sin encontrar ningún obstáculo, nos dejaría limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos haber sido. Nunca podríamos volar.

EL CAPULLO DE LA MARIPOSA

Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo.

Un hombre se sentó y observó a la mariposa  por varias horas, mientras ella se esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero.

 En tanto,  parecía que ella había dejado de hacer cualquier progreso.

Parecía que había hecho todo lo que podía,  pero no conseguía agrandarlo.

 Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa.

Tomó una tijera y abrió el capullo.                                                          

La mariposa pudo salir fácilmente.

Pero su cuerpo estaba marchito,  era pequeño y tenía las alas arrugadas.

 El hombre siguió observándola porque esperaba que, en cualquier momento, las alas se abrieran y estirasen para ser capaces de soportar el cuerpo,  y que éste se hiciera firme.

 Nada aconteció!

En verdad,  la mariposa paso el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo marchito y unas alas encogidas.

Ella nunca fué capáz de volar.

 Lo que el hombre, en su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía.

era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario  para que la mariposa

pasara a través de la pequeña abertura.

Era la forma en que Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa,

fuese a sus alas, de tal modo que ella estaría lista para volar, una vez que se hubiese liberado del capullo.

 Algunas veces, el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestra vida.

Si Dios nos permitiese pasar por nuestras vidas sin encontrar ningún obstáculo, nos dejaría limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos haber sido.

Nunca podríamos volar.

 Pedí fuerza... y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.

Bendiciones para todos