18 Jun 2015 05:29 AM

EL ELEFANTE ENCADENADO

EL ELEFANTE ENCADENADO

 Cuando yo era pequeño me encantaban los circos.

Me llamaba especialmente la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un tamaño, un peso y una fuerza descomunales...Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
¿Qué lo sujeta entonces?. ¿Por qué no huye?.
Hice entonces la pregunta obvia:"Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?".
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño".
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse.  A pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa, porque el pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.

Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
La única manera de saber si puedes es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón...¡¡¡Todo tu corazón!!!
Bendiciones para todos