1 Dic 2016 09:59 PM

EL PODER DE LA MENTE

EL PODER DE LA MENTE

Un científico quería probar una teoría. Necesitaba un voluntario que llegase a las últimas consecuencias. Lo consiguió en una penitenciaría. Era un condenado a muerte que sería ejecutado en la penitenciaría de St. Louis, en el estado de Missouri.

El participaría en un experimento científico, en el cual le harían un pequeño corte en el pulso, lo suficiente para gotear su sangre. El condenado aceptó, pues era preferible eso a morir en la silla eléctrica.

El condenado fue colocado en una cama alta, lo amarraron para que no pudiera moverse. Hicieron un pequeño corte en su pulso. Abajo fue colocada una pequeña vasija de aluminio. Se le dijo que oiría su sangre gotear en la vasija. El corte fue superficial y no alcanzó ninguna arteria o vena, pero fue lo suficiente para que él sintiera que su pulso era cortado.

Sin que él supiera, debajo de la cama había un frasco de suero con una pequeña válvula. Al cortar el pulso, fue abierta la válvula del frasco para que él creyese que era su sangre la que caía en la vasija. Cada 10 minutos el Científico, sin que el condenado lo viera, cerraba un poco la válvula y el goteo disminuía.

Mientras tanto el condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo. Fue perdiendo color, quedando cada vez más pálido. Cuando el científico cerró por completo la válvula, el condenado tuvo un paro cardíaco y murió, sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre.

El científico comprobó que la mente humana cumple, al pie de la letra todo lo que le es enviado  y aceptado por el individuo, sea positivo o negativo, y que tal acción envuelve a todo el organismo, sea en la parte orgánica o psíquica.

Esta historia es una alerta para que filtremos lo que nos envía nuestra mente, pues ella no distingue lo real de lo fantástico, simplemente graba y cumple lo que le es enviado.

Dios en su palabra nos invita  a cambiar nuestra forma de pensar para así cambiar nuestra forma de vivir.

Bendiciones para todos.