25 Nov 2018 05:26 PM

EMBARAZO DE MARÍA

EMBARAZO DE MARÍA

María era una bella niña de dieciséis años que vivía en una de las grandes ciudades de América Latina. Una tarde ella regresó de la escuela a su casa con una gran preocupación. María estaba embarazada. Y lo peor, no sabía qué hacer. Sus padres habían salido de viaje.

Angustiada, tomó una resolución drástica. Con un alambre retorcido, ella misma trató de abortar en medio de su preocupación. Pero sufrió una fuerte hemorragia y tuvo que internarse en el hospital.

¿Qué significa esto?... El drama de miles de muchachas que como María, en plena edad juvenil —en la edad de los estudios, de los amigos y de los primeros bailes— tienen un tropiezo o como llaman las abuelas “meten la pata”. Y como la naturaleza no perdona, ese tropiezo se convierte en un embarazo no deseado. Ahí comienza el drama.

¿Cómo detener esa marea creciente de embarazos juveniles? ¿Cómo curar las profundas heridas que produce? ¿Cómo ser un orientador para las jóvenes que enfrentan, todos los días, la insistencia de muchachos que no saben lo que hacen, o las inclinaciones naturales que esas jóvenes no comprenden?

Si hacemos caso omiso a los consejos de padres y recomendaciones de Dios, no podemos menos que sufrir las consecuencias, y éstas producen dolor y desespero. Con razón algunas afirman que nos estamos hundiendo.

La invitación es para qué los padres acompañen y hablen amorosamente y con autoridad con sus hijos. A los hijos, para que escuchen con respeto los sabios consejos de los padres y para padres e hijos que se acerquen a los brazos amorosos de Dios que tiene grandes precauciones y también soluciones.

Dice la palabra de Dios: “Mira, Yo estoy a la puerta y llamo —dice el Señor—. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, cenaré con él y él conmigo”.  (Apocalipsis 3:20).

Yo le abrí la puerta a Dios y la verdad me cambio positivamente la vida.

¿Está usted dispuesto y listo para abrirle la puerta a quien puede cambiar su vida?

Bendiciones para todos.