ESCUCHAR

ESCUCHAR

Por Tracy Hsu Jensen ( Tomado del Aposento Alto)

Un día, durante una discusión con mi esposo, me dijo: «Querida, siempre tienes razón, pero no me escuchas».

Esa frase llamó mi atención. Todos los seminarios y talleres para matrimonios hacen énfasis en la comunicación, especialmente en la importancia de escuchar. Mientras reflexionaba sobre esto, descubrí por qué no escuchaba: estaba centrada en mí misma.

Mi orgullo deseaba probar que yo tenía razón y que mi esposo estaba equivocado. Necesitaba aprender a ponerme en el lugar de mi esposo y escuchar su punto de vista. Después de todo, la Biblia nos enseña «deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar» (Santiago 1:19, NVI).

Escuchar también es importante en nuestra vida de oración. Si la oración es conversar con Dios, entonces escucharemos lo que Dios nos está diciendo. Es muy posible que cuando escuchemos y obedezcamos a Dios, Dios haga por nosotros lo que le prometió a Israel: someter todas las fuerzas que se nos opongan. La próxima vez que Oremos, centrémonos en Dios y no en nosotros mismos y nuestras circunstancias. Es posible que nuestras oraciones no siempre tengan las respuestas que deseamos, pero nuestras vidas pueden ser transformadas al escuchar y obedecer a Dios.

Dios nos recuerda en el Salmo 81.13 ¡Ay, pueblo mío! ¡Si me hubieras escuchado!