26 Oct 2016 08:16 PM

FASTIDIANDO A DIOS

FASTIDIANDO A DIOS

Por Harriet Michael (Tomado del Aposento Alto)

«Oh, ¡por favor, mami! ¡Por favor! ¡Por favor!». Esto decía cuando era una niña y quería que mi madre me dijera que «sí». La fastidiaba a cada rato.

A menudo, me decía que la dejara en paz, que ya me había escuchado y que estaba considerando mi petición. Pero era difícil para mí estar tranquila. Rogar por algo al punto de fastidiar parecía ser parte de mi naturaleza.

Hace algunos años, uno de mis hijos estaba dando problemas y yo estaba preocupada. Oraba todo el tiempo. No podía deshacerme de la preocupación. Era tanta mi preocupación que pensé: debo estar volviendo loco a Dios, como lo solía hacer con mi madre cuando la fastidiaba.

Para mi sorpresa y alivio, descubrí la parábola de Jesús en Lucas 18:1-7. Dios no se molesta con nuestras oraciones constantes. Que grato es saber que Dios quiere llevarse nuestras preocupaciones, ¡una y otra vez!

La situación que me tenía tan preocupada se resolvió. Pero, por supuesto, todavía estoy fastidiando a Dios. Ahora sonrío y agradezco al Señor por permitirme expresar mis preocupaciones en oración una y otra vez.

Dios siempre da la bienvenida a mis oraciones.

El Señor nos recuerda en su Palabra en Isaías 62:6 y 7 “Ustedes, los que invocan al Señor, no se den descanso; ni tampoco lo dejen descansar”.