29 Oct 2015 09:18 PM

LA CAMISA Y EL ZAR

LA CAMISA Y EL ZAR

 

En unas lejanas tierras del norte, vivía un zar que enfermó gravemente y no encontraba cura a su enfermedad. Tan desesperado estaba el zar que prometió la mitad de lo que poseía a quien fuera capaz de curarle.

Un buen día, un hombre dijo que conocía la solución a sus males: el zar debía vestir la camisa de un hombre feliz. Los emisarios del zar partieron hacía todos los confines de la Tierra para encontrar a un hombre feliz y llevar su camisa al zar.

Encontraron a hombres ricos que no eran felices porque estaban enfermos. A pobres que no eran felices por no tener dinero. A hombres ricos, sanos pero en problemas con sus esposas.

Una tarde, al pasar junto a una pequeña choza, los emisarios vieron a un hombre que descansaba sentado junto a la lumbre de la chimenea, y le escucharon exclamar lo siguiente: -¡Qué bella es la vida! Con el trabajo realizado, una salud de hierro y afectuosos amigos y familiares, ¿qué más podía pedir?-.

Al oír estas palabras, los emisarios supieron que se hallaban, por fin, ante un hombre feliz.

La noticia se extendió pronto por todo el reino, y los súbditos esperaban con alegría la vuelta de los emisarios que debían traer la camisa del hombre feliz.

Sin embargo, cuando por fin llegaron, traían las manos vacías. -¿Dónde está la camisa del hombre feliz? -preguntó el hijo del zar. -Señor -contestaron apenados los mensajeros-, el hombre feliz es tan pobre que ni camisa tiene.

¿El dinero importa?... Si claro, pero no lo es todo.

Bendiciones para todos