LA COBIJA
LA COBIJA
Luis era anciano cuando murió su esposa.
A los setenta años, se encontraba sin fuerzas, lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, por el que había dado todo, le ofreciera su apoyo y decidió por primera vez en su vida pedirle un favor.
Tocó la puerta de la casa donde vivía el hijo con su familia.
-¡Hola papá, qué milagro que vienes por aquí!
-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo y quiero vivir contigo.
-¿Quedarte a vivir aquí? Si... claro. La casa es pequeña papá. Puedes dormir en el patio.
EI hijo de Don Luis llamó a su hijo de doce años.
-Dime papá.
-Mira, hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se tape en la noche porque va a dormir en el patio.
EI niño subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos.
-¿Qué haces Luis? ¿Por qué cortas la cobija de tu abuelo?
El hijo le respondió –Guardo la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.
Dice la palabra de Dios "No se engañen; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre siembre, de eso también recogerá." (Gálatas 6:7)