20 Mayo 2015 05:24 AM

LA CONSENTIDA DE LA ABUELITA

LA CONSENTIDA DE LA ABUELITA

 Por Norma Hubbard (Misisipí, EE. UU.)

Tomado del Aposento Alto

 

Un matrimonio estaba de compras en una zapatería cuando aparecieron una niña y su abuela. La niña miró a la pareja con una amplia sonrisa. Luego con entusiasmo les mostró sus nuevas zapatillas deportivas.

Después de conversar, la niña tomó la mano de su abuela y ambas salieron de la tienda, pero antes dio vuelta, los miró y dijo orgullosa: «¡Soy la consentida de mi abuelita!».

¡Orgullosa estaba la niña de sus zapatillas nuevas, apretándolas cerca de su corazón! Era evidente por la expresión en su rostro y la seguridad de sus palabras. La alegría más grande era la relación con su abuela.

¿Estamos seguros de quiénes somos y a quién pertenecemos como esa niña? Como hijos de Dios, esto puede ser tan espontáneo como la niña que expresó su amor por su abuela.

Gritemos con todo el gozo y gratitud del corazón: «¡Somos hijos de Dios —hoy y siempre!».

Dice El Señor en su palabra en 1 de Juan 3:1 ...¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el padre, que nos llama hijos de Dios!