30 Dic 2016 08:28 AM

LA FLOR Y EL SAPO

LA FLOR Y EL SAPO

 

Había una vez una rosa muy hermosa, muy bella.

Se sentía muy feliz al saber que era la flor más bella del jardín.

Sin embargo, se dio cuenta de que la gente la veía de lejos, no se le acercaba.   Un día notó, que a su lado siempre había un sapo grande y oscuro y pensó que tal vez  por eso era que nadie se le acercaba a verla.

Indignada y muy brava ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato y éste, muy obediente y triste dijo:

-Está bien bella flor… “si así lo quieres, me voy”.

Al poco tiempo, el sapo pasó por donde estaba la bella rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas, ni pétalos.

Entonces el sapo le dijo: ¡vaya que te ves mal!, ¿Qué te pasó?

La rosa contestó: ¡Es que desde que te fuiste, las hormigas me han comido día a día y nunca pude volver a ser igual!

El sapo sólo le respondió: - Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre “eras la más bella del jardín”.

En ocasiones menospreciamos a las personas porque sentimos que no nos sirven para nada, porque somos más o mejores que ellos, tal vez por el físico, el dinero, el trabajo o la fama.

Dios no hace a nadie, para que sea más que otro. Todos tenemos algo especial que hacer o dar, algo que aprender o enseñar a los demás y nadie debe despreciar a nadie.  No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del que ni siquiera seamos conscientes, o lo peor de eso, nos hagamos los de la vista gorda.   No olvidemos que: ¡Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde!...