20 Mar 2013 06:11 AM

LA HISTORIA DE JENNY

LA HISTORIA DE JENNY

 

Jenny pensó que sus padres no le darían permiso para irse de fiesta con unos amigos, de manera que les mintió y les dijo que iba al cine con una compañera. Aunque se sintió un poco mal porque no les dijo la verdad, se dispuso a divertirse. La fiesta estuvo genial. Al final su amigo Pedro, ya borracho, la invito a dar un paseo, pero primero consumió cocaína.

Jenny no podía creerlo, pero aún así subió al carro.

 

Pedro quiso propasarse. Jenny no esperaba eso.

“Mis padres tienen razón, ¿Cómo pude ser tan tonta?” pensó la jovencita.

“Por favor, Pedro,  llévame a casa ya,” dijo la muchacha

Molesto, Pedro arrancó el carro y comenzó a conducir a toda velocidad. Jenny, asustada, le rogó que fuera más despacio, pero mientras más ella le suplicaba, él pisaba mas el acelerador.

De repente, vio un gran resplandor. “Oh, Dios ayúdanos. ¡Vamos a chocar!”

Ella recibió toda la fuerza del impacto, todo de repente se puso negro. Semi-inconsciente, sintió que alguien la sacó del carro retorcido, y escuchó voces:

- “¡Llamen a la ambulancia! Estos jóvenes están en problemas”.

Le pareció oír que había dos carros involucrados en el choque. Despertó en el hospital viendo caras tristes.

- “Estuviste en un choque terrible”, dijo alguien.

En medio de la confusión se enteró que Pedro estaba muerto. Le dijeron: “Jenny, hacemos todo lo que podemos”.

- ¿Y la gente del otro carro? Preguntó Jenny llorando.

- “También murieron” le contestaron.

Jenny rezó:

- “Dios perdóname por lo que he hecho, yo sólo quería una noche de diversión”.

Y dirigiéndose a una de las enfermeras pidió:

- “Por favor, dígale a la familia de los que iban en el otro carro que me perdonen que yo quisiera regresarles a sus seres queridos. Dígales a mi mamá y a mi papá que lo siento, porque mentí, y que me siento culpable porque varios hayan muerto. Por favor enfermera, ¿Les podrá decir esto de mi parte?”

La enfermera se quedó callada, como una estatua.

Instantes después, Jenny murió.

Un hombre cuestionó entonces duramente a la enfermera:

- “¿Por qué no hizo lo posible para cumplir la última voluntad de esa niña?”

La enfermera miró al hombre con ojos llenos de tristeza, y le dijo:

- “Porque la gente en el otro carro eran su papá y su mamá que habían salido a buscarla”.

Una pequeña mentira puede ser fatal. Seamos como libros abiertos que todos pueden ver

Dios dice en su palabra que la mentira es abominable para él.