6 Jun 2015 05:58 AM

LA MARIPOSA

LA MARIPOSA

 

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera del mismo.

El hombre vio que había un pe­queño orificio y entonces se sen­tó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por salir. Lle­gó un momento en el que pare­ció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

El señor, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más grande y así fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo.

Sin embargo, al salir,  la mari­posa tenía el cuerpo muy hincha­do y unas alas pequeñas y do­bladas. Solamente podía arrastrarse y nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bon­dad y apuro no entendió, fue que la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el di­minuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudie­se volar.

Al privar a la mariposa de la lu­cha, también le fue privada su salud.

Las luchas son necesarias en la vida. Si Dios nos permitiese progresar en nuestras vidas sin obstácu­los, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser fuertes.

Cuántas veces hemos queri­do tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el es­fuerzo para poder ser libres, aun haciéndolo con nuestros propios hijos al darles y solucionarles todo.

Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar, como dice la palabra de Dios y que a tra­vés de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortale­cidos, así como el oro es refinado con el fuego.

Nunca permitamos que las cosas que no po­demos tener, o no tene­mos, interrumpan nues­tro gozo de las cosas que tenemos y podemos te­ner.

No pensemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada ins­tante de cada día por lo que te­nemos y nos ha sido dado.

Bendiciones para todos.