LA MUERTE

LA MUERTE

Tomado del libro Luces en el camino. Padre Ángel Peña.

La Madre Angélica, contaba que iban a someter a una operación quirúrgica a un anciano de más de 60 años y su hija Linda estaba preocupada.

El padre le dijo a su hija:

-¿No te he hablado que alguna vez hace más de sesenta años tu abuela dio a luz a un niño muerto? Era un niño grande a quien le había resultado sumamente difícil entrar en este mundo. Después de darle unas cuantas palmadas, sin obtener reacción alguna, la comadrona lo dio por muerto. Lo envolvió en una manta y lo dejó sobre la mesa. Todo el mundo lloraba. Pero tu abuela saltó de la cama, se acercó a la mesa y cogió a su hijo en brazos. Sosteniéndolo por los pies, comenzó a darle palmadas, mientras exclamaba: “Vamos, hijo, vamos”. A los pocos momentos se oyó un chillido. Hay quien dice que, desde entonces, nunca ha dejado de aullar.

- ¿Eras tú? Preguntó la hija

- Sí, era yo y considero cada uno de los momentos que he vivido en este mundo como un don de Dios. Él me otorgó el don de la vida y la gracia extraordinaria de saber que, si ha llegado mi hora, no puedo quejarme. Mi vida ha sido un milagro y estoy agradecido con Dios por cada momento de vida, que me ha regalado.

El papá de Linda falleció en aquella operación.  Él sabía algo que muchos todavía no han aprendido: que la muerte no es algo que ocurre por azar o por mala suerte. La muerte está prevista por Dios desde la eternidad y tiene determinado el momento. La muerte no es algo absurdo, por más que ocurra en un accidente, una operación, un infarto, una enfermedad, lo importante es saber que nuestra vida está en las manos de Dios. Él busca el momento más favorable para llevarnos, pero debemos estar siempre preparados. ¿Estás preparado para morir? ¿Acaso crees que la vida te pertenece y puedes disponer de ella hasta cuando quieras y como quieras?

Por eso, agradece la vida que Dios te ha dado. Agradece a tus padres que no quisieron abortarte como tantos otros y agradece con tu respeto y amor sincero.

El señor Jesus dice en su palabra:  "En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, yo mismo se los hubiera dicho; asi que voy a preparar un lugar para ustedes"  ( Juan 14:2)

Bendiciones para todos