15 Mayo 2012 06:33 AM

LA SEMILLA DE MOSTAZA

La muerte es algo inevitable. No es el fin de todo. Es la puerta a la eternidad. La fe, esperanza y paz en DIOS , nos ayudará a cruzar el valle de la muerte para morar con El Señor por siempre.

LA SEMILLA DE MOSTAZA

Se cuenta en el Tíbet la historia de Krisha Gotami,  una joven que cuando su hijo primogénito contaba cerca de un año de edad, cayó enfermo y murió.

Abrumada por la pena, con el cuerpecito en brazos, Krisha Gotami empezó a vagar por las calles implorando a todo aquel que se cruzaba con ella que le proporcionara un remedio que le devolviera la vida a su hijo.

Algunas personas pasaban junto a ella sin hacerle caso, otras se reían de ella y aun otras la tomaban por loca, pero finalmente dio con un hombre que le dijo que la única persona en el mundo que podía realizar el milagro que ella pretendía era un sabio.

       Así pues, fue en busca del sabio, deposito el cadáver de su hijo a sus pies y le explico su historia. El sabio la escucho con una compasión infinita, y paso a responderle con amabilidad:

-Solo existe un remedio para el mal que te aflige. Baja a la ciudad y tráeme un grano de mostaza de alguna casa en la que no haya habido jamás una muerte.

       Krisha Gotami se sintió aliviada y emprendió de inmediato su camino a la ciudad. Se detuvo en la primera casa que vio y explico:

-El sabio me ha pedido que le lleve un grano de mostaza de una casa en la que nunca se haya producido una muerte.

-En esta casa ha muerto mucha gente - le replicaron.

       Fue a la casa de al lado.

       -Nuestra familia ha conocido innumerables muertes - le dijeron.

       Y sucedió lo mismo en la tercera y en la cuarta casa, hasta que por fin hubo visitado toda la ciudad y comprendió que la condición del sabio no podía ser satisfecha.

       Llevo el cuerpo de su hijo al cementerio y se despidió de el por última vez, para a continuación volver junto al sabio.

       - ¿Has traído el grano de mostaza?- le pregunto el sabio.

       -No - respondió ella.- Empiezo a comprender lo que queríais enseñarme. Cegada por la pena, llegue a pensar que yo era la única que había sufrido a manos de la muerte.

      - ¿Por qué has vuelto? Le pregunto entonces el sabio.

      -Para pediros que me enseñéis la verdad sobre la muerte, sobre lo que puede haber detrás y mas allá de la muerte y sobre lo que hay en mí, si algo hay, que no morirá.

       El sabio empezó a enseñarle:

       -Si quieres conocer la verdad de la vida y de la muerte, debes reflexionar continuamente sobre esto: solo existe una ley en el universo que no está sometida al cambio: la de que todas las cosas cambian y ninguna es permanente.

Krisha Gotami se arrodillo a sus pies y siguió al sabio durante el resto de su vida.