30 Mar 2017 06:41 PM

LA TIENDA DE DIOS

LA TIENDA DE DIOS

Por Claudia Barreiro

Una mujer soñó que entraba en una tienda recién inaugurada en la plaza del mercado. Para su sorpresa, descubrió que Dios se encontraba detrás del mostrador.

– ¿Que vendes aquí? – Le preguntó.

– Todo lo que tu corazón desee – Respondió Dios.

Sin atreverse casi a creer lo que estaba oyendo la mujer se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podía desear:

– Deseo que haya paz, amor, felicidad, sabiduría y la ausencia de todo temor – dijo, y luego tras un instante de vacilación, añadió – no sólo para mí, sino para todo el mundo.

Dios se sonrió y dijo:

– Creo que no me has comprendido. Aquí no vendemos frutos, únicamente vendemos semillas.

Muchos de nosotros tenemos mentalidad de supermercado: estamos acostumbrados a tener toda la mercadería al alcance de la mano y lo más elaborada posible, donde tomamos lo que queremos y lo que no nos gusta lo desechamos.

Ciertamente si así fuera todo en la vida, nada malo ocurriría. Pero precisamente son las cosas negativas que nos hacen madurar, crecer, creer y confiar.

En la vida no es el hecho de que no existan los problemas lo que la hace más hermosa, sino es el hecho de que en medio de ellos aprendamos a amar a otros como a nosotros mismos. En nuestras oraciones, pedimos generalmente por cosas ya logradas. A veces esperamos que de un momento a otro Dios haga milagros. Pues he ahí la esencia de la vida, pidamos a Dios que nos de semillas de amor, entendimiento, valor, fe, fuerza, paz interior y así poder lograr los frutos por nosotros mismos.