6 Jun 2017 09:34 PM

MÁS FUERTE AL ESTAR DE RODILLAS

MÁS FUERTE AL ESTAR DE RODILLAS

Por Phebe Gamata Crismo (Tomado del Aposento Alto)

 

Después de subirnos a los cinco y a todas nuestras pertenencias en la carreta, mi padre ayudó a mi madre a subir al búfalo y nos llevó de regreso a casa a unos cinco kilómetros al otro lado del río.

Llovía torrencialmente y la huella del camino estaba muy embarrada, tanto que en algunos sectores llegaba hasta la rodilla. Papá arriaba al búfalo para que apurara el paso, porque debíamos cruzar el río antes de que fuese imposible.

Ir río arriba por el camino empinado y resbaloso era difícil. De pronto, mi hermano menor gritó: «¡Mira, papá! ¡El búfalo está de rodillas! ¡Ya no podrá tirar de la carreta!». Papá nos miró y dijo: «No te preocupes, hijo. Al estar de rodillas el búfalo gana más fuerza».

Vi como el animal luchaba por avanzar paso a paso por la senda resbaladiza. Se detenía, se volvía a arrodillar, y con fuerza se incorporaba lentamente y tiraba hacia adelante hasta que nos llevó a la cima. La fuerza del búfalo consistía en estar de rodillas, tal como papá había dicho. Cada vez que se arrodillaba tiraba hacia adelante con mayor fuerza y rapidez.

Esto ocurrió hace muchos años. Cuando atravieso momentos difíciles en mi vida personal, muchas veces pienso en el búfalo.

Yo también he descubierto la fortaleza extraordinaria de arrodillarme en oración.

Cuando estamos de rodillas en oración, somos más fuertes.