NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Un rey que paseaba con su caballo se rompió un brazo.

Un campesino que pasaba por el lugar lo auxilió.

El rey estaba furioso por su mala suerte.

El campesino trató de calmarlo diciéndole: “no hay mal que por bien no venga”

- ¿Cómo va a ser bueno que me rompa un brazo? dijo el rey y lo tiró a un pozo profundo.

Cuando partía el monarca,  unos misteriosos hombres lo capturaron.

Se disponían a sacrificarlo pero no lo hicieron porque tenía el brazo roto y para sus dioses eso sería una falta, entonces lo dejaron ir.

Cuánta razón había tenido aquel campesino y que mal había hecho al tirarlo a un pozo, pensó el monarca.

Así que regresó, sacó al campesino del pozo y le pidió perdón.

El humilde hombre al escuchar la historia del rey le dijo:

- “No se preocupe,  no tengo nada que perdonar, no hay mal que por bien no venga”.

- ¿Cómo puedes decir eso? dijo el rey

El campesino sonrió: - “si usted no me hubiera tirado al pozo, los fanáticos me habrían sacrificado a mí.  No hay mal que por bien no venga”.

Por algo suceden las cosas.

Bendiciones para todos.