11 Abr 2017 09:36 PM

PROBAR EL ESTANQUE

PROBAR EL ESTANQUE

Por Gail Fritz (Tomado del Aposento Alto)

En nuestra infancia, a mis hermanos y a mí nos encantaba jugar al hockey en el estanque congelado que estaba cerca de la casa. Confirmar si estaba lo suficientemente firme como para patinar en él era todo un proceso. Cuando comenzaba a bajar la temperatura, nos abrigábamos bien e íbamos hasta el estanque para ver si estaba congelado. Para medir el grosor del hielo hacíamos todo tipo de cosas, desde hacer pequeños orificios en la superficie del estanque hasta arrojar piedras pesadas al centro para ver si soportaba el peso. Cuando las piedras resbalaban por el hielo, entonces estimábamos que era suficientemente seguro para que mi hermano mayor lo probase. Mi hermano mayor se aventuraba mientras mi hermano menor y yo lo mirábamos ansiosos desde la orilla, listos para rescatarlo. A veces, el hielo rechinaba por el peso y mi hermano se retiraba. Pero si no rechinaba, nos entusiasmábamos porque sabíamos que el estanque estaba listo para ir a patinar.

Para mí, confiar en Dios ha sido una experiencia similar a la del estanque. Aunque sé que Dios, igual que el hielo firme, puede soportar el peso de mis cargas, todavía puedo vacilar a la hora de transferirlas. Debo recordar que Jesucristo pasó primero y me mostró que confiar en Dios es seguro. No solo seguro, ¡sino también liberador y aun vivificante!

Dios puede manejar el peso de mis cargas

Dice el Salmo 91:10 “En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan”.