4 Oct 2016 09:15 PM

TERRENOS PELIGROSOS

TERRENOS PELIGROSOS

Oscar y Mary, feliz pareja de recién casados, se despidieron de los invitados y partieron para el aeropuerto. Su luna de miel seria inolvidable en Estados Unidos. Allí encontrarían intensos cielos azules, aguas cálidas por el verano y hermosos lagos.

Llegaron a una pequeña ciudad, y a la mañana siguiente hicieron su primer paseo. Al ver un hermoso prado verde, decidieron correr hacia él. Lo que no sabían era que ese bello tapiz vegetal era, en realidad, arenas movedizas, esa peligrosa sustancia de arena suelta, mezclada con agua, que tiende a chupar hacia adentro cualquier objeto que la pisa. Fue así como desaparecieron lentamente en el aguado suelo. Murieron abrazados, al segundo día de casados, en un húmedo lecho de arenas movedizas.

Esta es una historia triste, aunque no del todo. Dos personas que se habían jurado amor eterno murieron sin haber nunca faltado a esos votos.

Sabían ustedes que de cada dos matrimonios, uno termina en divorcio.

El caso de Oscar y Mary se presta para varias reflexiones. Una es que fueron fieles el uno al otro hasta el fin de su vida. «Pero —objetará alguien— es porque murieron al día siguiente de haberse casado.» El que así piensa da a entender que lo único que asegura la fidelidad hasta la muerte es morirse tan pronto como se casa, pues los que viven algún tiempo junto están destinados, tarde o temprano, a la infidelidad, a la pelea, al divorcio.

Es realmente triste,  pensar que todo nuevo matrimonio se desbaratará,  a los pocos días o años de casados.

Otra reflexión puede ser que muchas veces caminamos por tierras movedizas en la vida sin darnos cuenta del peligro. Negocios que creemos serán buenos, muchachos que ingieren alucinógenos pensando que es inofensivo y chévere, pequeños robos que creemos no se van a dar cuenta… en fin.  Detengámonos a revisar primero y luego seguir.

Por ello lo invito a usted querido amigo a que todos los días ponga en sus manos su familia y sus asuntos en manos de Dios.  El nos librara de caminar por tierras movedizas que nos lleven al fracaso, al dolor, a la desesperación y por qué no… a la muerte.

Su palabra nos dice que pondrá nuestros pies sobre roca firme y segura.