3 Oct 2018 09:09 PM

ULTIMO DESEO

ULTIMO DESEO

¿Desea usted algo? La pregunta era natural. Es la pregunta que la empleada le hace al ama de casa cuando ésta toca el timbre. Es la pregunta que nos hace el tendero cuando nos acercamos al mostrador. Es la pregunta que el soldado le hace al coronel cuando éste lo llama.

Esta misma pregunta se la hicieron a Mark Hopkinson, de cuarenta y dos años de edad. Y quienes le hacían eran los guardias de la prisión de Rawlins mientras llevaban a Hopkinson a la cámara de inyección letal. El hombre,  respondió: ¡Sí, tráiganme una rubia y un helicóptero.¡

Este hombre, fue ejecutado un 21 de enero por tres homicidios. Sin respeto a nada ni a nadie fuera de su propio egoísmo, vivió en el delito desde los veinte años de edad. A los cuarenta mató a una pareja y al hijito de ambos, por robarles. Después trató de eliminar a un testigo ocular, y el intento se vio frustrado. Así terminó sus días, en la mayor frialdad.

Hay personas que, al igual que Hopkinson, no saben lo que es dignidad, ni honorabilidad ni vergüenza. Quizá no lleguen al extremo de matar, pero hacen gala de despreocupación moral, de cinismo, indiferencia, falta de conciencia, de insensibilidad espiritual.

Para personas así, la vida no es más que placeres, ganancias materiales, subir por la escala de la sociedad a costa de todo, sacrificando cualquier principio moral o cualquier sentimiento emocional.

El diccionario define cinismo como «impudencia, desvergüenza.» Oscar Wilde, escritor y dramaturgo inglés, decía: «El cínico es aquel que conoce el precio de todo, pero no conoce el valor de nada.»

El libro de Proverbios dice: «Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de sus faltas lo aprisionan. Morirá por su indisciplina; perecerá por su gran insensatez». Esa es la vida del cínico.

Tengamos la humildad de reconocer nuestra necesidad. Responder con cinismo al que quiere ayudarnos es la mayor demostración de irresponsabilidad. Acerquémonos a Dios en humilde arrepentimiento y digámosle como se afirma en libro de Lucas: ”Ten compasión de mí, que te he fallado, reconozco mis faltas”

Bendiciones para todos.