20 Ago 2015 08:20 PM

UN CLAMOR QUE SE ESCUCHA

UN CLAMOR QUE SE ESCUCHA

Una mujer llamó al gerente de un teatro y le dijo que la noche anterior había perdido su prendedor de diamantes más valioso. El hombre le pidió a la señora que esperara en la línea; hizo una minuciosa búsqueda y el prendedor fue encontrado, pero cuando regresó al teléfono la mujer había colgado. Esperó a que volviera a llamar y hasta puso un anuncio en la prensa y radio pero la dama nunca volvió a comunicarse.

A muchos nos pasa lo de esta mujer. Hacemos una oración a Dios contándole nuestros problemas y necesidades pero fallamos en esperar la respuesta.

Tenemos un arma poderosa al hablar con Dios pero muchas veces no la usamos. Tal vez pensamos que el padre celestial no tiene tiempo, no nos escucha, pero es todo lo contrario. Él está interesado por todos nosotros.

Dios escucha a quien se comunica desde lo más profundo de su corazón. La oración debe ser permanente y en constante comunión con él y a la espera de una respuesta.

Como hijos de Dios debemos saber que él nos escucha y nos contesta conforme a su voluntad, pero siempre pensando en nuestro bienestar aunque muchas veces no la entendamos.

El Señor quiere lo bueno, agradable y perfecto para sus hijos.

Nos recuerda el libro de Santiago 5:16 “La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.”

 

Por Clara Piñeros

Alimento para el alma