UN CORAZÓN ALEGRE
UN CORAZÓN ALEGRE
Meliana no tenía ni automóvil ni motocicleta, solía caminar unos 30 minutos todos los días. Un día, uno de sus amigos le dijo: ¿Meliana caminar todos los días no te cansa?
Sonriendo Meliana respondió “No, porque no camino sola. Me acompaña mi hermana y lo hacemos con alegría”.
Esta conversación nos recuerda los momentos en que Jesús caminaba desde un lugar a otro para enseñar y servir a grandes grupos de personas.
Él no dejaba que las distancias lo desalentaran ni le quitaran el gozo.
Cuando hacemos todo con un corazón gozoso y con fe, tendremos la fuerza suficiente incluso si lo que hacemos resulta dificultoso.
Debido a que Meliana y su hermana sienten la misma alegría, van felices y disfrutando de cada paso de su caminata.
Más allá de las pruebas no nos cansemos de vivir la vida, sobre todo en Cristo, porque sabemos que Jesús camina a nuestro lado y jamás nos abandonará.
Dios nos recuerda en su palabra en 1 de Tesalonicenses 5:16 “Estén siempre alegres”.
Por Meliana Santoso (El Aposento Alto)