VIERNES 25 DE JUNIO DE 1948
VIERNES 25 DE JUNIO DE 1948
Cuando era muy pequeño, el padre de Ian lo llevó a pescar en una región montañosa. Al llegar la noche, decidieron acampar en una cañada junto a un arroyo, y en aquel sitio acogedor muy pronto se quedaron dormidos.
Ian jamás olvidará el pánico que lo sobrecogió al despertar en la madrugada y sentirse en un mundo extraño y abandonado.
Unas cuantas estrellas se podían contemplar en lo profundo de la cañada y el ruido del arroyo era ensordecedor.
Ian creía oír entre los árboles cercanos las pisadas cautelosas de las fieras. Cuando los latidos violentos del corazón amenazaban asfixiarlo, escuchó la respiración pausada y tranquila de su padre que dormía al lado; se acercó más a él y seguro de que su brazo lo protegería de todo peligro, y eso lo tranquilizó y así durmió profundamente.
Con frecuencia en la vida experimentamos esos momentos de pánico y nos atormenta la idea del peligro. Nada hay entonces tan consolador como detenernos y darnos cuenta de la presencia continua del Padre Celestial, dispuesto a escudarnos y ampararnos.
Dice la Palabra de Dios en el Salmo 46:10 ¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!
Por Ian Smith (El Aposento Alto)