La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ordenó detener de manera inmediata las labores de una granja porcícola ubicada en la vereda San Jorge, en Zipaquirá, tras una denuncia elevada por residentes de la zona.
La comunidad alertó sobre olores intensos y posibles descargas en el terreno, lo que llevó a una inspección por parte de profesionales de la regional Sabana Centro.
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Durante la verificación, el equipo técnico identificó que los residuos líquidos provenientes de la cría de porcinos se estaban depositando directamente en el suelo sin el manejo requerido y sin contar con la autorización ambiental correspondiente.
La operación tenía en ese momento alrededor de mil animales destinados a procesos de gestación, nacimiento y posterior comercialización en el sector cárnico.
Los funcionarios encontraron que los desechos generados por esta actividad se acumulaban y terminaban infiltrándose en un predio cercano de aproximadamente siete fanegadas. Este hallazgo motivó la activación de medidas para evitar que la situación siguiera avanzando mientras se realizaban nuevos análisis.
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¿Qué encontró la CAR en la granja porcícola de Zipaquirá?
Durante el recorrido, la entidad estableció que el lugar contaba con un espacio destinado al compostaje que procesaba cerca de cien bultos de abono cada trimestre. Sin embargo, los líquidos derivados de la porcinaza y del lavado de corrales también estaban llegando al subsuelo sin un sistema de tratamiento previo, según explicó Natalia Daza Cuervo, directora operativa de la regional Sabana Centro.
El equipo técnico documentó la forma en que estos residuos se manejaban y detalló que no había estructuras que permitieran tratarlos antes de su descarga. Tampoco se identificó un permiso de vertimiento vigente que respaldara la operación.
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Ante la ausencia de autorizaciones y el manejo inadecuado de los residuos, la Corporación impuso una medida preventiva para suspender las actividades en el predio. Esta decisión busca detener la acumulación de desechos mientras se adelantan nuevas verificaciones que permitan establecer el alcance de los impactos en la zona.
La suspensión permanecerá vigente mientras la autoridad ambiental evalúa información adicional y define si procede la aplicación de sanciones conforme a la normativa.
¿Qué sigue después de la medida preventiva?
Tras la suspensión, la CAR continuará con visitas técnicas y la revisión de información complementaria para determinar el tratamiento que deberá aplicarse a los residuos y las obligaciones que deberá asumir el titular de la actividad.
La entidad también revisará si existen afectaciones adicionales en la zona rural de Zipaquirá que puedan estar relacionadas con los vertimientos, lo que permitirá definir las medidas siguientes dentro del proceso administrativo.