2 Dic 2014 07:57 AM

¿Qué futuro le esperan a los diálogos tras su crisis más profunda en dos años?

Tras la liberación del general Alzate, analistas creen que se deben plantear nuevos acuerdos. Cese al fuego bilateral no debe ser tenido en cuenta, opinan.

Tras la liberación del general Alzate, analistas creen que se deben plantear nuevos acuerdos. Cese al fuego bilateral no debe ser tenido en cuenta, opinan.

Luego de dos semanas de la crisis más profunda y extendida que ha tenido el proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc, la mesa de diálogo en Cuba está a punto de reactivarse gracias a la liberación del general Rubén Darío Alzate, un suboficial y una abogada del Ejército que estaban en poder del grupo insurgente, hecho que precipitó la suspensión de las negociaciones y que mantuvo en vilo al país sobre el futuro de los acuerdos para lograr la paz en Colombia.

Este, que sin duda fue el mayor aprieto que ha atravesado el proceso de diálogos en sus dos años, dejó varias preguntas en el aire y, al mismo tiempo, lecciones valiosas que, según analistas del conflicto, deben ser tenidas en cuenta a la hora de regresar a la mesa para evitar futuras problemáticas.

A las dudas sobre qué hacía el general Alzate en Chocó sin escoltas y vestido de civil al momento de su secuestro, se suman ahora preguntas como si una nueva acción militar contra el Ejército o la guerrilla podría volver a afectar la mesa y también qué nuevas condiciones deberán ser tenidas en cuenta para corregir errores que quedaron evidenciados luego de la suspensión del proceso en La Habana.

"Lo cierto es que el proceso debe ser reevaluado con mucha seriedad, ojalá por parte de la guerrilla tanto como por parte del Gobierno. Las cosas no van a reiniciarse en el punto en el que estaban antes del secuestro de Alzate. 'Timochenko' ya lo dijo en sus comunicados que es necesario reevaluar las condiciones para seguir el proceso. La guerrilla va a aprovechar esta coyuntura para imponer algunas nuevas peticiones. El éxito del proceso depende de qué tan bien se haga esa negociación", dice el analista Fernando Gómez.

Gómez agrega que hay que volver a la regla de oro que se planteó al inicio de las conversaciones en la que tanto Gobierno como Farc estuvieron de acuerdo en que lo que ocurriera en Colombia no tendría repercusiones en La Habana, para así no afectar el proceso.

"Esa, que era la regla de oro, se quebró y ahora habrá que hacer enormes esfuerzos para volver a ella. Si no, cada que haya una acción en contra de la guerrilla se van a suspender los diálogos y así no se va a avanzar jamás. Desde el inicio se planteó el diálogo en medio del conflicto y hay que volver a eso".

Para el analista, la guerrilla fue la gran perdedora de la situación, aunque aceptaron la liberación del general Alzate, sus dos acompañantes e incluso dos soldados profesionales secuestrados en combate en zona rural de Arauca.

"Las Farc demostraron una vez más que hay una falta de tacto político entre sus líderes. Primero, porque pudieron haber acelerado mucho más la liberación de Alzate; segundo, porque su lenguaje fue muy cínico al referirse a los secuestrados; y tercero, porque su mensaje siempre fue el de poner más condiciones a los miembros del Gobierno en la mesa de diálogo. Este es un momento muy delicado y la opinión pública no está de su lado y sus actos de voluntad de paz se opacan cuando hacen exigencias tan difíciles como un cese bilateral al fuego".

Este último tema, el cese bilateral al fuego, para algunos es un debate que tiene que darse en Cuba, incluso antes de que se reinicien los diálogos entre las comisiones para que no haya un condicionamiento.

El analista Diego Arias considera, sin embargo, que dicho asunto no debe ser planteado como un inamovible para seguir las negociaciones, ya que lo considera un punto inviable. Además, agrega, no fue una condición establecida desde el inicio de las conversaciones en 2012.

"El cese al fuego debe ser olvidado. Eso no se debe discutir y no se debe considerar como una condición para seguir hablando. Hay muchos motivos por los que eso no es viable para el país. No es sólo la desconfianza a que las Farc se "fortalezcan" en el marco de una tregua, el asunto más importante es que al perder la iniciativa militar el Estado perdería también una posición de fuerza dentro de la negociación, lo cual es algo crucial y nada deseable que ocurra".

El senador y actual presidente del Partido de la U, Roy Barreras, también señaló que está descartado un posible cese al fuego de ambas partes y adicionó que en su concepto el triunfador de la situación de pausa en los diálogos fue Juan Manuel Santos.

"Todas las acciones tomadas por el Presidente estuvieron encaminadas en la ruta correcta. Se mostró firme frente a una guerrilla cuando retuvieron al general y suspendió los diálogos porque así demuestra que no es rehén de las Farc, como lo han querido hacer ver algunos sectores. Y además no ha bajado la guardia frente las acciones violentas en el país. Creo que su liderazgo se fortaleció", dijo Barreras.

El congresista considera que esta nueva etapa de los diálogos puede venir de la mano de un "desescalamiento" del conflicto en Colombia, especialmente por parte de la guerrilla que, asegura, ha mostrado su voluntad de paz al dejar libres a sus rehenes en "cuestión de días y no de años como ocurría antes", hecho que él considera demuestra que el proceso "está muy maduro".

"Lo que debe seguir es que la guerrilla cese de una vez su accionar en contra de la población civil. Prevemos que es la apertura de una fase final que esperamos sea más concreta, ágil y clara para los colombianos. Hay que aprovechar que esta crisis terminó en una nueva oportunidad de relanzar el proceso hacia adelante".

El director del Centro de Recursos de Análisis de Conflictos, Jorge Restrepo, considera que el Gobierno y Santos estuvieron en lo correcto al no ceder ante la solicitud de disminuir las acciones de la fuerza pública en el territorio nacional y también se sumó a la propuesta del desecalamiento de la violencia.

"Desescalar el conflicto significa que la violencia sea menos dañina, que afecte menos a la población civil y que la confrontación sea dañina sólo para la contraparte. Lo que sería en la guerra colombiana, por ejemplo, impedir los ataques que afectan a la población civil directamente, proteger escuelas, que cuando se haga un ataque a la infraestructura no se afecte a la población, parar la siembra de minas, devolver niños de las filas, detener el reclutamiento infantil, no atacar ambulancias o secuestrar civiles con fines extorsivos".

El experto en conflicto armado asegura que este acuerdo también podría ser asumido por el Gobierno.

"Podría permitir que enfermos presos de las Farc puedan ser liberados, permitir que sean operados para que les pongan prótesis, darles asistencia legal a algunos de esos presos, dejar de pensar en los bombardeos con determinado tipo de bombas y, por qué no, limitar acciones contra los miembros del Secretariado".

Por ahora no se ha dado una fecha exacta de cuándo se reanudarán las discusiones de paz en Cuba, pero los delegados del Gobierno regresaron a la isla para analizar la situación actual y entregar sus conclusiones, por lo que se puede esperar que la mesa sea reanudada en poco tiempo y así las preguntas que permanecen en el aire sean respondidas.

* Con información de NoticiasRCN.com