Buses de TransMilenio quedarían varados no tendrían con que andar
Buses de TransMilenio quedarían varados no tendrían con que andar
Colprensa
13 Dic 2025 06:26 PM

Buses de TransMilenio quedarían varados: no tendrían con que andar

Cristhiam
Martínez Murcia
Cerca del 15% de la flota del SITP, que asciende a 2.143 buses, funciona exclusivamente con gas natural.

La movilidad en Bogotá enfrenta un nuevo desafío: la escasez de gas natural y el aumento de su precio amenazan la operación del transporte público y el bolsillo de los ciudadanos. Este problema, que se ha venido gestando por la caída en la oferta nacional y la dependencia de importaciones, impacta directamente a los sistemas que utilizan este combustible, como el SITP y TransMilenio.

¿Por qué el gas es clave para el transporte?

El Sistema Integrado de Transporte Público depende en gran medida del gas natural. Cerca del 15% de la flota, unos 2.143 buses, funciona exclusivamente con este combustible. El inconveniente es que los contratos para el suministro eran hasta noviembre de 2025 y no podrán renovarse con gas nacional debido a la escasez. La única alternativa es importar gas, principalmente desde Cartagena, pero el costo es mucho más alto.

Este incremento amenaza la estabilidad financiera del sistema y podría traducirse en un aumento en la tarifa para los usuarios. Ante esta situación, TransMilenio ha solicitado al Gobierno prioridad en la asignación de gas para garantizar la operación.

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Impacto en el bolsillo de los ciudadanos

El problema no se limita al transporte. Entre 2021 y 2025, el precio del gas se triplicó, afectando los servicios públicos en los hogares y aumentando el costo de vida. Las ciudades alejadas de los puertos, como Bogotá, pagan más por el gas importado debido al esquema tarifario, lo que golpea directamente la economía familiar.

Industria en alerta: menos competitividad

La industria también sufre las consecuencias. Ante la falta de gas y su alto costo, muchas empresas han optado por sustituirlo con combustibles como el diésel. Esto genera un doble problema: mayor contaminación y aumento en los costos de producción. El resultado es una pérdida de competitividad que pone en riesgo empleos y estabilidad económica.

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Un panorama que exige soluciones

La crisis del gas natural no es solo un tema energético, sino un factor que afecta la movilidad, el costo de vida y la productividad. Si no se toman medidas urgentes, Bogotá podría enfrentar buses varados, tarifas más altas y una industria debilitada. El llamado es claro: garantizar el suministro y buscar alternativas sostenibles para evitar que esta situación se convierta en una emergencia social y económica.