
Las carnicerías y los negocios que venden carne cumplen un papel clave en la alimentación diaria de miles de familias en Bogotá. Son puntos de abastecimiento fundamentales para los hogares, donde muchas personas adquieren productos esenciales para preparar sus comidas.
Para muchas personas, abrir una carnicería representa una oportunidad de negocio, pues tiene una demanda constante, especialmente en zonas residenciales. Sin embargo, es fundamental que quienes tienes emprendan en este sector, cumplan con las normas sanitarias exigidas por las autoridades.
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La Secretaría Distrital de Salud ha establecido una serie de requisitos que buscan garantizar que los productos de estos negocios no representen un riesgo para la salud de los consumidores. Estas normas aplican tanto a carnicerías tradicionales como a supermercados y depósitos que almacenan carne para distribución en otros puntos de venta.
¿Qué se necesita para tener una carnicería?
Según lo establece la Secretaría Distrital de Salud, los negocios que venden, almacenan o transportan carne en Bogotá deben cumplir con una serie de condiciones sanitarias obligatorias. Estas normas buscan garantizar que los alimentos que consumen los ciudadanos estén en condiciones adecuadas. La medida aplica tanto para carnicerías como para locales que manipulan productos cárnicos comestibles, incluyendo actividades como el desposte y el desprese.
Para poder funcionar legalmente, estos establecimientos deben estar inscritos en el programa “Negocios saludables, negocios rentables”, cuyo registro podrán hacerlo dando clic en este enlace http://www.saludcapital.gov.co . A través de este sistema, la Secretaría de Salud mantiene un registro y seguimiento de los negocios que cumplen con las condiciones sanitarias exigidas.
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Requisitos que deben cumplir para funcionar
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Requisitos sanitarios
Uno de los aspectos principales que deben observarse es la correcta conservación de los productos. La carne no puede estar expuesta al medio ambiente, pues debe mantenerse en equipos que garanticen la cadena de frío. Además, los negocios deben tener sistemas de refrigeración con capacidad suficiente para guardar todo el volumen que comercializan. Esto incluye dispositivos con medidores y registros de temperatura.
Los equipos de conservación deben contar con termómetros calibrados y en buen estado. También es necesario que los utensilios que se utilicen estén limpios, no tengan daños y sean fabricados con materiales aptos para el contacto con alimentos.
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Temperaturas para la conservación de cárnicos
Los niveles de temperatura varían según el tipo de carne. En el caso del bovino, porcino y especies como el Crocodilia, la refrigeración debe ser igual o menor a 7 °C en canal y de 5 °C en productos comestibles, únicamente para bovinos y porcinos. Para conservarlos en congelación, la temperatura debe ser de -18 °C o menor.
Para las aves de corral, los canales y sus partes deben mantenerse entre -2 °C y 4 °C en refrigeración. En congelación, tanto las canales como los productos cárnicos deben estar a -18 °C o menos.
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Adicionalmente, los comerciantes deben contar con documentos que certifiquen que la carne proviene de plantas de beneficio autorizadas e inspeccionadas por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA). El almacenamiento debe hacerse de forma separada entre tipos de carne y en condiciones que eviten el daño del empaque y la contaminación del producto.
El cumplimiento de estos requisitos permite a los negocios operar de manera legal, al tiempo que se protegen la salud pública y la seguridad alimentaria en la ciudad.