
Confusa desaparición de joven que se fue de jornalero a Mesitas hace un mes; celular apareció en Patio Bonito
La familia de Luis Alberto Medina Parada, joven de 24 años desaparecido desde el 11 de septiembre, continúa sin respuestas claras sobre su paradero. Su tía política, Diana Estupiñán, aseguró en entrevista con Alerta Bogotá que las versiones que han recibido son contradictorias y que las pistas sobre el caso han resultado confusas.
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De acuerdo con Estupiñán, lo que más sorprende a la familia es que el teléfono de Luis Alberto apareció lejos del lugar donde supuestamente estaba trabajando, en el municipio de El Colegio. “El celular apareció en la madrugada del 12 de septiembre en Patio Bonito”, indicó, luego de precisar que el hallazgo se conoció cuando acudieron a la Fiscalía. “La policía lo rastreó y la última ubicación estaba en Patio Bonito”, agregó.
La familia explicó que el joven había estado trabajando en labores del campo, pero un día después su rastro se perdió y la señal del teléfono se ubicó en el suroccidente de Bogotá. Para sus allegados, este hecho genera más preguntas que respuestas.
Los parientes de Medina Parada han intentado adelantar su propia búsqueda, aunque reconocen dificultades en algunas zonas. “Hemos encaminado la búsqueda en el lugar donde desapareció, pero nos ha dado miedo meternos a sectores como María Paz”, dijo Estupiñán, refiriéndose a áreas consideradas complejas en el sur de la capital.
Sobre el celular, la mujer explicó que desde el rastreo inicial no han recibido más información. “Lo prendieron y por eso lo pudieron ubicar, pero desde entonces ha estado apagado”, señaló. La ausencia de nuevos datos mantiene a la familia en incertidumbre.
La entrevistada recordó que Luis Alberto tuvo dificultades personales en Bogotá, lo que llevó a su madre a enviarlo a Cundinamarca. “Él tenía problemas de adicción”, afirmó. Según relató, esa situación lo hacía ausentarse ocasionalmente. “Se perdía uno o dos días, máximo tres, y luego regresaba”, explicó.
En esta ocasión, sin embargo, el tiempo sin noticias ya superó las ausencias habituales. “Después de ocho días la mamá decidió ir a la Fiscalía a poner la denuncia”, añadió. Para la familia, el silencio prolongado es una señal de alarma.
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Los allegados insisten en que las autoridades avancen en la investigación para establecer qué pasó con el joven. “No sabíamos de amenazas ni de problemas con alguien”, aclaró Estupiñán, quien reiteró que la única dificultad conocida eran los episodios de consumo que tuvo en la ciudad.
Mientras tanto, continúan a la espera de avances. “No sabemos nada desde el 11 de septiembre”, lamentó la tía política, insistiendo en que la familia no se resigna a la desaparición y busca respuestas sobre las circunstancias que rodean el caso.