Mujer fue atrapada mientras robaba en Bosa: vecinos la golpearon
Así lo reveló recientemente la Policía Metropolitana.
Una preocupante cifra fue revelada recientemente por la Seccional de Protección de la Policía Metropolitana de Bogotá respecto al número de menores de edad responsables de todo tipo de delitos cometidos en la ciudad.
De acuerdo con la entidad, en lo corrido de 2019 al menos 414 menores de edad han sido detenidos por las autoridades al ser sorprendidos en actividades como robos y microtráfico de estupefacientes.
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Según estos datos, se estima que un promedio de ocho personas con menos de 18 años de edad son detenidos cada día en la capital. Algunos de ellos incluso son acusados de cometer delitos como homicidio.
La Policía aseguró que en su mayoría este tipo de comportamiento se debe a una instrumentalización por parte de bandas criminales, las cuales entrenan y exigen a los menores cometer todo tipo de acciones. Por lo general se trata de jóvenes de escasos recursos los que son reclutados para tal fin, aprovechando su condición de vulnerabilidad.
Sin embargo, existen casos en que los capturados no son vinculados con bandas delincuenciales, sino que resultan envueltos en riñas y peleas en las que participan con armas.
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Tal es el caso de un joven que fue capturado recientemente luego de participar en una pelea en el mes de septiembre del año 2016, en la que mató a otro menor de apenas 14 años de edad en los alrededores de un colegio en la localidad de Bosa.
Aunque el responsable ya es mayor de edad, por haber cometido el delito antes de cumplir 18 años, deberá responder por estos hechos de acuerdo a lo establecido en el Código de Infancia y la Adolescencia.
El problema del sistema de justicia para menores
En el caso anterior, esta persona fue dejado en libertad por un juez pese a las pruebas de las autoridades en su contra. A esto se suma la molestia por parte de la ciudadanía frente a mayores de edad que pagan penas de menores por haber cometido los crímenes antes de cumplir 18 años.
La situación ha derivado, entre otras cosas, a una sobrepoblación en los centros de reclusión para menores y la crisis que hace unos meses se vivió por varios motines e intentos de fuga en El Redentor.
