
Abelardo de la Espriella dijo cuál es el único político de izquierda al que no le negaría el saludo
En entrevista con Alerta Bogotá de RCN, el precandidato presidencial Abelardo de la Espriella se pronunció sobre su percepción de distintos líderes políticos de Colombia y precisó cuál sería el único dirigente de izquierda al que saludaría.
De la Espriella indicó que aún no ha definido a su fórmula vicepresidencial y que, cuando lo haga, deberá ser “una persona que comparta los mismos valores y principios fundacionales”. Enfatizó que no se tratará de una decisión motivada por “un cálculo politiquero”, sino por afinidad en la forma de pensar y actuar.
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En ese sentido, cuestionó la idea de una postura de centro en la política colombiana. “Esa vaina del centro termina no siendo nada”, afirmó, agregando que en lugar de priorizar la ideología, es más importante concentrarse en acuerdos sobre lo fundamental. Según dijo, “la ideología es una manera de pensar, pero los valores y principios fundacionales son la manera correcta de pensar”.
En la izquierda, solo uno se salva
En un ejercicio de comparación, De la Espriella manifestó que, entre Vicky Dávila y Claudia López, se quedaría “100 veces con Vicky”. Sobre López, expresó que, al igual que ella misma ha dicho en el pasado respecto a otras personas, “ni a la esquina”.
Al ser consultado por su preferencia entre María Fernanda Cabal y María José Pizarro, respondió que elegiría “2.000 veces a María Fernanda” y que a Pizarro “ni a la esquina”.
“Al petrismo y sus cómplices, ni un saludo, ni un tinto, nada”, sostuvo, explicando que su postura es de confrontación directa. “No vine aquí a contemporizar y a tomar café con los enemigos de la República”, dijo, agregando que su propósito es “enfrentarlos y derrotarlos”.
No obstante, hizo una excepción con un dirigente específico. “Si es un tipo decente, como Jorge Enrique Robledo, yo lo saludo”, afirmó, calificándolo como un hombre respetable dentro del espectro político de izquierda. Según el precandidato, esta sería la única figura de esa corriente con la que estaría dispuesto a tener un trato cordial, mas no al punto de considerarlo aliado. “No voy a meter a nadie aquí que no crea en lo que yo creo”, concluyó.