Celador/ Vigilante
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Colprensa
16 Mayo 2020 09:07 AM

Dueños de bodega dejaron encerrado a veterano vigilante desde hace 50 días

Héctor Santiago
Guaman Espinosa
El guarda de 56 años dice que los patrones lo amenazaron con echarlo del ‘camello’ si se salía.

Un pobre señor de 56 años de edad lleva encerrado cerca de 50 días en una bodega de la localidad de Barrios Unidos de Bogotá cuidando que los ladrones no se metan al predio, pero dice que está abandonado por sus jefes, quienes además de amenazarlo con echarlo del trabajo si se sale del predio, solo le han girado 900 mil pesitos con los cuales ha tenido que hacer maromas para que le rindan. 

Helbert Bolívar cuenta que los patrones se largaron desde el pasado 26 de marzo de este inolvidable año 2020 tan pronto empezó la medida de aislamiento obligatorio por culpa del Coronavirus y le dijeron que cuidara bien la bodega, que ‘ni puel chiras’ se fuera salir porque la puerta tenía señal satelital y que si lo hacía perdería el ‘camello’. 

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El señor Bolívar relata que desde ese día quedó encerrado como un preso, que los propietarios de la empresa no se volvieron asomar por ese sector del barrio Jorge Eliecer Gaitán y que solo le han hecho dos giros de 400 y 500 mil pesitos. 

El canoso ciudadano dijo que la única que se acuerda de él y lo visita todos los santos días es su hija de 16 años quien le lleva la comidita caliente, la cual entra por la pequeña ventana del portón principal. 

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Don Helbert indica que le ha tocado juntar dos sillas para dormir en la gerencia y en muchas veces se le ha ido la luz y solo clama que le den una manito porque el encierro lo está volviendo loco y solo quiere abrazar a su familia, dormir en su camita, pero sin perder el trabajo. 

Este caso se suma al de la señora Eddie Fonseca de 51 años de edad quien duró más de un mes custodiando un lujoso conjunto residencial en el exclusivo sector de Los Rosales de Chapinero, sitio en el cual se bañaba a ‘totumadas’ con agua fría, dormía en un sofá dentro del sótano del predio y se alimentaba con 15 mil pesitos que le dieron los del concejo y la administradora para el desayuno, el almuerzo y la comida que hacía rendir y lo cual le desencadenó un presunto coma diabético.