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26 Feb 2022 05:49 PM

La IPS que funcionaba como una secta en un barrio de Bogotá

Mónica Lizette
Castellanos Osorio
Clientes denuncian denigrantes tratos a los que eran sometidos cuando les prestaban el servicio.

La IPS Resurgir a la Vida funcionaba como una secta en el barrio Normandía en el occidente de Bogotá. El lugar fue intervenido por la Fiscalía General de la Nación, y sus directivas están en la cárcel.

Según El Tiempo, las personas llegaban engañadas al lugar con problemas de mal comportamiento, problemas alimentarios, adicción, ludopatía, ideación suicida, entre otros, y tenían que pagar desde $1.500.000 mensuales.

Las directivas, conformadas por Jairo Masmela García, su esposa, Álvaro Azcárate y Tiberio Azcárate, se hacían llamar “El Estado”. Eran apoyados por “los hermanos mayores”, que eran alumnos antiguos.

Un joven le contó a El Tiempo que a los que recién llegaban, los llamaban parásitos porque no servían para nada y nunca les hacían terapia. Los obligaban a decir la frase “acepto y modifico” cuando cometían un error.

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Los pacientes solo recibían puntos cuando realizaban una tarea, las cuales colocaban a hacer en pantaloneta, descalzos y aguantando frío. Cuando las personas intentaban escapar, les decían que en la parte de atrás los estaban esperando empresas de seguridad, que les podían pegar un tiro, matarlas o llevarlas a un lugar psiquiátrico.

Las mujeres tampoco se salvaban de malos tratos, por ejemplo, una vez a una mujer la hicieron quedar en ropa interior y debía caminar de esa manera por toda la casa. Además, les decían “perras y sucias”.

Por otro lado, los padres de los pacientes siempre estaban sorprendidos porque no los dejaban visitar a sus hijos. Algo que les llamaba la atención es les decían que la casa estaba llena, pero no se escuchaban ruidos ni voces de personas.

Sin embargo, los padres recibían cartas escritas por los pacientes, quienes les manifestaban que se encontraban bien.

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Además, los jóvenes decían que durante la pandemia no había protocolos de bioseguridad y que algunos pacientes estaban aislados por una enfermedad en la piel.

Cabe señalar que cuatro de los capturados (Jairo Masmela García, Tiberio y Álvaro Azcárate, y Leonardo Casas) fueron enviados a la cárcel. Paula Catalina Betancur Rengifo sigue vinculada a la investigación.