La mujer señaló que, pese a existir una sentencia en primera instancia emitida por el Juzgado 99 de Bogotá, su expareja continúa en libertad. “Ya hay una condena de 72 meses, pero la justicia ha hecho poco. Dicen que no lo pueden ubicar porque no contesta su celular, y por eso le han dado prórrogas”, indicó. Rosario manifestó que la situación se agrava porque el hombre la sigue intimidando, incluso después de que se dictara una medida de protección a su favor.

Agresor la ha amenazado con echarle ácido

Durante la entrevista, Rosario relató que conoció a su agresor a través de redes sociales. Explicó que la persona se presentó con una identidad falsa, mintiendo sobre su edad y su entorno familiar. “Me dijo que tenía 22 años, pero en realidad tenía 19. Con el tiempo, empezó a controlar mis redes, mi forma de vestir y el tipo de clientes que atendía. Si eran hombres, se molestaba”, narró.

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La víctima afirmó que ha recibido amenazas directas de muerte y ataques verbales. “Me ha enviado audios diciéndome que me va a echar ácido, que me va a apuñalar y que va a romper los vidrios de la casa de mi mamá”, dijo en la entrevista. Aseguró además que su expareja ha incumplido las restricciones de acercamiento y ha sido visto en la misma localidad donde ella vive y trabaja, lo que la mantiene en constante temor.

De acuerdo con su relato, el presunto agresor es consumidor de sustancias psicoactivas y ha sido retirado por su familia de centros de rehabilitación a los que fue ingresado. Rosario expresó que sus problemas de consumo y desatención familiar ha contribuido a la situación de violencia que enfrenta.

Llamado a las víctimas de violencia de pareja

En su testimonio, Rosario hizo un llamado a quienes viven situaciones similares a no guardar silencio y buscar apoyo. “Sé que hay mujeres y hombres que están pasando por cosas como estas. Mi consejo es que denuncien y no se queden callados”, afirmó.

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También insistió en la necesidad de fortalecer las medidas judiciales y de protección para las víctimas de violencia de género, señalando que su caso refleja las dificultades que muchas personas enfrentan al intentar acceder a la justicia. “El Estado hace poco, pero podemos seguir alzando la voz hasta que se haga justicia por todas las víctimas, las que ya no están y las que todavía pueden salvarse”, concluyó.