Qué falló en concierto de Damas Gratis en Bogotá
Qué falló en concierto de Damas Gratis en Bogotá.
Foto: Alerta Bogotá
7 Ago 2025 01:50 AM

¿Qué falló en el concierto de Damas Gratis? Todo pintaba re mal

Miguel Andrés
Galvis
El concierto de la agrupación argentina Damas Gratis en Bogotá se frustró sin siquiera comenzar la noche de este miércoles 6 de agosto.

Lo que parecía el cierre ideal del día del cumpleaños de Bogotá terminó en tragedia la noche de este 6 de agosto en el Movistar Arena. La boletería se agotó para ver a Damas Gratis y a su líder, Pablo Lescano, principal exponente de la cumbia argentina, pero los asistentes tuvieron que presenciar un bochornoso desenlace.

Aunque los primeros causantes del desastre fueron los grupos de barrabravas que convirtieron el lugar en un campo de batalla, fueron múltiples los fallos que lo desencadenaron. Y es que los problemas comenzaron en el ingreso al lugar, debido a la poca agilidad para dar ingreso al público y la gran afluencia de asistentes que se agolparon en las entradas.

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La paciencia comenzó a colmarse faltando menos de media hora para el inicio del concierto. Esto ocasionó empujones en la puerta 6 y la tensión comenzó a aumentar. En ese momento ya estaba claro que los encargados de la logística se veían sobrepasados en su capacidad, pero también que el evento carecía de apoyo policial pese a que era de esperarse que se ajustaran las medidas de seguridad por el tipo de público que asistiría.

Sobre las 9 de la noche comenzó a tocar una artista previa, aunque se suponía que era el momento de salida de Lescano y su banda. Mientras tanto, en la puerta 5 del lugar se desataba el caos: una multitud empujaba las puertas de vidrio y los encargados de la logística intentaban contenerlos sin éxito. Las puertas cedieron y se despegaron del suelo, permitiendo el ingreso de decenas de personas sin control, muchas de las cuales aparentemente ni siquiera tenían boleta.

En el interior del lugar las cosas también se complicaron casi en simultáneo. Sobre el sector norte del lugar se desató una pelea entre lo que inicialmente parecía un grupo reducido de personas, pero sin que hubiera nadie para controlarlos todo empeoró y más y más personas comenzaron a involucrarse.

Pintaron los guantes, pero también las navajas

Ya no había control alguno sobre lo que ocurría. Uno de los grupos se resguardó en el vomitorio de ese costado, y comenzaron a tomar lo que tuvieran a mano para agredir a sus rivales. Palos de escoba, pedazos de asientos, canecas y postes de metal con los que se dividen las secciones servían de armas. Pese a encontrarse en plena platea también hubo quienes sacaron navajas con las que se agredían sin miramiento.

Repentinamente irrumpió un amplio grupo de personas que se unieron a la pelea, que ya había hecho que la gente abriera un amplio espacio. Algunos pusieron objetos para bloquear el paso sobre el costado norte, mientras en los pasillos interiores usaban los extintores del lugar y la nube de químico opacó la visibilidad incluso en el interior.

La pelea se acercó a la tarima, donde varias personas se habían subido para intentar escapar de la violencia. Algunos de estos estaban heridos, pero salir tampoco era una opción debido a que también había pelea en el exterior. En el segundo piso comenzaron a presentarse algunos conatos de pelea, usando elementos de los restaurantes como sillas y otras cosas.

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Una alarma comenzó a sonar en ese mismo sector, pero nadie tomaba el micrófono para instar a los violentos a cesar sus acciones o dar calma a los demás asistentes que miraban lo que ocurría entre atónitos y asustados. La gente quedó a su suerte y solo varios minutos después se oyó algún mensaje por los parlantes, pero con tan bajo volumen que no se comprendía en absoluto.

El público que todavía permanecía calmado insultaba a los que peleaban e intentaba mantener la esperanza de que hubiera concierto coreando "Damas Gratis, Damas Gratis", pero todo fue inútil. Pasó más de media hora para que alguien de logística se asomara por una de las escaleras e hiciera gestos a la gente para evacuar pues todo había sido cancelado, aunque no había información oficial más allá de lo que el valiente operario se arriesgó a insinuar.

Por eso, muchos prefirieron esperar en el interior, viendo que afuera las cosas no estaban mucho mejor. En el aire salió algún cántico de fútbol que evidenciaba que todo había surgido por un cruce entre barrabravas rivales, pero la total ausencia de responsables que respondieran o dieran claridad ante lo ocurrido dejaba todo en suspenso.

Recién sobre las 10 de la noche pareció haber un momento de calma para que algunos asistentes abandonaran el lugar. En los pasillos habían recogido las ventas de artículos alusivos a la banda y solo quedaban algunos miembros de la logística. En los baños, personas ebrias no lograban siquiera mantenerse en pie, ante la indiferencia de los representantes de la organización.

Pedazos de botellas rotas estaban desperdigados junto a latas vacías y basura en las escaleras. Todos estos desperdicios se mezclaban con los vidrios resquebrajados de las puertas. Las rejas dispuestas para ordenar el ingreso se encontraban en desorden y la gente abandonaba el lugar con lo poco que los funcionarios logísticos sabían decir: "Se canceló por todo lo que pasó".

Cerca de las 11 de la noche se oyeron las sirenas de algunas motos de la Policía que llegaron al lugar. Momentos después lo hizo una tanqueta del UNDMO, con lo que hubo algunas corridas entre quienes permanecían en el sitio. Los uniformados con armadura ingresaron a la arena cuando ya no quedaban sino escombros.

La Policía informó después que "fue necesario apoyar" a una "organización logística desbordada por el mal comportamiento de los asistentes". Aunque aseguraron que su intervención ayudó en la salida del público, lo cierto es que su arribo al sitio fue sumamente tardío.

Aunque el Movistar Arena aseguró en un comunicado que "la administración del espacio tuvo como prioridad proteger a los asistentes y colaboradores", escasamente se pudo ver a alguno de los encargados tratando de controlar a la turba. La ausencia de policías en las etapas previas al evento y durante los momentos más álgidos evidencia que no había preparación para la magnitud de lo que iba a pasar. ¿No eran conscientes del tipo de público que asistiría y de los peligros que se corrían?

Al final, una persona murió, aparentemente atropellado sobre la avenida NQS en medio de una gresca. Así lo indicó el alcalde Carlos Fernando Galán, quien también anunció que se reunirá con los organizadores y los encargados de seguridad en Bogotá para establecer responsabilidades. y saber a ciencia cierta qué ocurrió y por qué no se hizo nada cuando todo pintaba tan mal.

Fuente
Sistema Integrado Digital