
La movilidad en Chía dio un giro drástico. El alcalde Leonardo Donoso anunció que, a partir del 15 de octubre, quedará prohibido el paso de vehículos de carga por las principales vías del municipio entre las 6:00 a. m. y las 8:00 p. m. La decisión, según explicó, responde a la falta de soluciones efectivas por parte del Gobierno Nacional frente a los problemas de licencias ambientales que afectan la construcción de nuevas vías.
Una medida al límite
El mandatario fue enfático al señalar que la situación llegó a un punto insostenible. “Nos tocó porque el Gobierno Nacional no nos quiere respaldar en la construcción de infraestructura, así nosotros hayamos entregado terrenos para la unidad funcional de la Troncal de los Andes. Nos agotamos, nos cansamos”, afirmó Donoso.
Actualmente, circular por el tramo principal de 800 metros en Chía puede tomar hasta 50 minutos, mientras que recorrer los 7 kilómetros entre Cotá y Chía llega a tardar dos horas. El tránsito de camiones, además de los trancones, ha generado altos niveles de ruido, emisiones contaminantes y deterioro de la infraestructura vial, afectando la calidad de vida de los habitantes.
Restricciones también en Sabana Centro
La decisión de Chía se suma a un panorama más amplio. La Secretaría de Movilidad de Cundinamarca alista una resolución que busca restringir el paso de camiones pesados, categoría C3 y superiores, en varios municipios de la provincia de Sabana Centro. Entre los corredores que tendrían limitaciones están los de Cajicá, Tabio, Tenjo, Subachoque y El Rosal.
De acuerdo con un estudio técnico del ICCU, el tránsito de carga pesada en estas vías se ha disparado tras las restricciones de Chía, lo que ha generado un desgaste acelerado del pavimento y ha puesto en riesgo a peatones y ciclistas. Por ello, la regulación es vista como una medida urgente para preservar la seguridad vial y proteger la infraestructura.
Transportadores en alerta
Con estas restricciones, los transportadores de carga se convierten en uno de los sectores más afectados. Se espera un pronunciamiento oficial del gremio y de las entidades nacionales, en busca de una salida a un problema que hoy impacta directamente la movilidad de miles de ciudadanos y la economía regional.
Mientras tanto, Chía marca la parada con una decisión que, aunque drástica, pone sobre la mesa la tensión entre los gobiernos locales, el nacional y los transportadores, en un debate que apenas comienza.
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