
Una babilla fue encontrada dentro de una vivienda del barrio León XIII, del municipio de Soacha, y fue entregada a agentes de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). La entidad informó que, tras su traslado, el animal será sometido a valoración veterinaria antes de decidir su liberación en un lugar adecuado.
La presencia de una babilla en un entorno urbano suele generar preocupación entre vecinos, pues la mayoría de ellos no sabe cómo actuar en tal situación. Ante estos casos, la recomendación es no acercarse ni intentar manipular al animal.
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🚨 ¡Atención!
Una babilla fue rescatada en una vivienda del barrio León XIII, en Soacha. Está en buen estado y será valorada antes de su liberación.
La fauna silvestre merece vivir en su ecosistema. Evita su tenencia y comercialización. pic.twitter.com/7r1UniS3EL
— CAR Cundinamarca (@CAR_Cundi) October 20, 2025
¿Qué es una babilla?
La babilla es un reptil que pertenece al grupo de los caimanes. Tiene el cuerpo alargado, piel con escamas y una estructura de mandíbula que le permite comer peces y otros animales que forman parte de su dieta natural. Suele habitar zonas cercanas a ríos, humedales y áreas con agua dulce y su función en el ecosistema es la de depredador.
Una babilla puede causar daño si se la molesta o si alguien intenta manipularla sin la experiencia necesaria. Sus mandíbulas y su fuerza son herramientas para capturar alimento y defenderse.
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El riesgo para las personas aumenta cuando hay contacto directo o provocación. Por eso, las autoridades recomiendan mantener distancia, no ofrecerle alimento y reportar su presencia a las líneas de atención.
Medidas contra la tenencia de animales silvestres: hay duras multas
La CAR ha advertido sobre los riesgos ambientales y legales que implica tener animales silvestres como mascotas. Aunque muchos ciudadanos lo hacen con la idea de protegerlos o brindarles cuidado, esta práctica representa una alteración directa de los ecosistemas.
Al ser retirados de su entorno natural, los animales pierden su capacidad de adaptación y se interrumpe el equilibrio ecológico que mantienen con otras especies. Además, la entidad recordó que estas acciones están prohibidas por la legislación ambiental y pueden llevar a sanciones tanto económicas como judiciales.
De acuerdo con datos de la CAR, en los últimos cinco años se han tramitado 46 procesos sancionatorios por casos relacionados con la captura, transporte o comercialización de fauna silvestre. Las multas impuestas han variado entre $400 mil y más de $5 millones, dependiendo de la gravedad de la infracción.
El marco jurídico que respalda estos procedimientos se encuentra en la Ley 1333 de 2009, actualizada por la Ley 2387 de 2024, que establece sanciones económicas de gran magnitud. A su vez, la Ley 2111 de 2021 reformó el Código Penal e incluyó penas de hasta once años de prisión para quienes cometan delitos contra la fauna.
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Carlos Eduardo Rodríguez, director de Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental de la CAR, reiteró que “cada proceso sancionatorio es evaluado caso por caso por profesionales de la CAR, quienes analizan factores como el estado del animal, su edad, la especie, las condiciones en las que fue hallado y el contexto social de la persona que lo tenía en cautiverio. La Corporación actúa no solo como autoridad, sino también con un enfoque pedagógico y de protección de la vida”.
Finalmente, la entidad insistió en que ningún ejemplar silvestre debe permanecer en jaulas ni dentro de viviendas. Su presencia en los bosques, selvas y humedales es esencial para el equilibrio natural, por lo que invitó a la comunidad a reportar casos de tenencia o comercio ilegal a la línea 316 524 4031.