
La tranquilidad nocturna en Bogotá podría dejar de ser un sueño inalcanzable. Una iniciativa liderada por la concejal Cristina Calderón Restrepo del partido Nuevo Liberalismo, busca darle a las autoridades herramientas legales eficaces para actuar frente a los excesos de ruido generados por bares, discotecas y establecimientos de entretenimiento.
Desde el segundo semestre de 2024, Calderón ha trabajado en mesas técnicas con entidades locales y ciudadanos, liderando la Comisión Accidental “El impacto del ruido en Bogotá”. Esta instancia ha revelado una gran debilidad institucional: la Policía no puede sancionar de forma inmediata sin conceptos previos de la Secretaría de Ambiente, lo que retrasa o anula las sanciones.
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Nueva ley y acuerdo distrital: sanciones más duras
Con base en la Ley 2450 de 2025, que regula la contaminación acústica en Colombia, la concejal impulsa un acuerdo distrital que fortalezca la coordinación entre Policía, alcaldías locales e inspectores. Esta ley contempla sanciones de hasta 500 salarios mínimos para eventos ruidosos, la suspensión de actividades, y medidas inmediatas para proteger la convivencia ciudadana.
“No podemos seguir esperando. El ruido dejó de ser un tema menor. Hoy es una amenaza real para la salud, la seguridad y la convivencia”, aseguró Calderón, quien también indicó que muchas disposiciones de la ley pueden aplicarse desde ya con el respaldo del Código de Policía.
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El ruido, una queja ciudadana constante
Las cifras demuestran la urgencia del tema. En 2024, la Secretaría Distrital de Ambiente recibió 335 quejas por ruido en Chapinero, y en los primeros cuatro meses de 2025 ya se han reportado 49 casos solo en esta localidad. En el mismo periodo, la Línea 123 registró 86.829 reportes por ruido, lo que representa un aumento del 29 % frente al año anterior.
Localidades como Suba, Kennedy, Engativá y Bosa lideran en número de quejas, lo que refleja una presión ciudadana cada vez más fuerte. Los bares sin aislamiento acústico y los establecimientos que operan sin control siguen siendo el foco del conflicto.
La Comisión Accidental ya planea nuevos encuentros técnicos para avanzar en soluciones estructurales. La meta es clara: garantizar un entorno sonoro saludable para todos los habitantes de Bogotá, sin sacrificar el derecho al descanso ni el desarrollo económico del sector nocturno.