Mujer denuncia brutal ataque a su carro en Suba: "Me destruyeron todos los vidrios"

En el momento en que ella arrancó, llegaron otros hombres, al parecer conocidos del sujeto del machete, que estaban tomando bebidas alcohólicas en una tienda cercana: "Todos sacaron machetes, eran más o menos unos cinco, seis personajes. Todos estaban como en estado de embriaguez, porque en ese sitio se toma trago, en esa esquina por donde pasan los carros, y me encendieron todo el carro a punta de machete".

"A pesar de que yo estaba en estado de indefensión, vinieron con toda la alevosía y me destruyeron todos los vidrios del carro", añadió Ardila. Al ver que no tenía escapatoria, ella empezó a encomendarse a Dios: "Ellos fueron directamente a matarme, porque los impactos más grandes fueron en el vidrio del conductor... Iban por mi cabeza".

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Catalina Ardila trató de dar reversa para salir de trancón, pero los agresores alcanzaron a pegarle en el hombro izquierdo. Cuando los vehículos empezaron a fluir, ella pudo conducir su carro hacia la avenida cercana. En ese momento, se parqueó para verificar los daños.

Afortunamente, muchas personas la ayudaron y le preguntaron si estaba bien. Llegaron miembros de la Policía de Bogotá, a quienes ella les indicó el sitio de donde salieron los agresores.

"Hablaron con el dueño del establecimiento y seguramente él les mostró unas imágenes. El policía tuvo oportunidad de ver quiénes habían sido", relató. Sin embargo, según Ardila, los uniformados no hicieron mucho por ayudarla.

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"Cuando él regresó, me pareció, pues, sospechoso, y le dije: 'Mire, lo único que yo necesito es que usted me ayude a identificar algunos sospechosos... Haga una inspección de antecedentes judiciales, por favor, para yo poder llevarme algunos nombres para hacer la identificación a la Fiscalía'".

En ese momento, la mujer decidió ir por su cuenta a la tienda para pedir información que le permitiera identificar a los agresores. El problema, según ella, es que el policía le impidió grabar a los presuntos responsables.

"En medio de ese dolor, fui hasta el establecimiento, me presenté. Les dije: 'Buenas tardes, por favor, necesito que las personas de bien me ayuden a informar quiénes fueron las personas que me agredieron'".

"Y en ese momento yo identifiqué que al menos había dos ahí sentados. El policía se atravesó frente a la grabación que yo estaba haciendo e impidió en todo momento que hubiera una identificación de estos individuos", denunció Ardila, que sospecha que los uniformados tenían algún vínculo con los hombres de la tienda.

"Vi que ahí había de pronto como una relación previa con estas personas, con el dueño del lugar, porque a veces hay una patrulla de la Policía que siempre que se parquea ahí".