Que las quemaduras no se le tiren el diciembre: guía para evitarlas en casa

July

Morales

Las secuelas físicas y emocionales de una quemadura pueden permanecer en la vida de una persona durante un periodo prolongado.

Durante la temporada decembrina aumentan las actividades familiares, las reuniones, la preparación de alimentos y el uso de elementos como luces o artefactos eléctricos que pueden incrementar el riesgo de lesiones.

Frente a este panorama, Ernesto Barbosa Landínez, médico cirujano plástico, miembro honorario y expresidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (SCCP), realiza un llamado a la ciudadanía a reforzar medidas preventivas para evitar incidentes.

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Barbosa recuerda que la severidad de una quemadura depende principalmente de la extensión de la zona afectada y la profundidad de la lesión, más que del mecanismo que la ocasiona.

En palabras del especialista: “todas las quemaduras son peligrosas y no se deben subestimar”. Asimismo, destaca que “hay quemaduras que pueden ser muy peligrosas e incluso llegar a causar la muerte, pueden ser fatales si no son tratadas apropiadamente”.

El médico explica que las quemaduras producidas por electricidad o pólvora suelen generar daños significativos, con frecuencia acompañados de amputaciones y lesiones profundas. Por ello, insiste en que, en la mayoría de los casos, “las quemaduras no son accidentes, son eventos que se pueden prevenir y, por tanto, evitar las situaciones de riesgo contribuirá a que no se produzcan”.

Que las quemaduras no se le tiren el diciembre: guía para evitarlas en casa

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¿Cómo prevenir quemaduras en el hogar durante diciembre?

La recomendación central del especialista es evitar por completo la manipulación de pólvora. Ni adultos ni menores deberían estar en contacto con este tipo de artefactos. En caso de asistir a espectáculos autorizados, Barbosa sugiere permanecer a una distancia mínima de 300 metros del área donde se realiza la actividad.

El experto también resalta la importancia de orientar a los menores sobre los riesgos asociados con materiales explosivos. En caso de que alguien entregue un “tote” o una luz de bengala, indica que lo correcto es que el niño informe a los adultos y no guarde el artefacto en los bolsillos. Barbosa agrega que la mezcla entre licor y pólvora puede derivar en lesiones de gravedad.

El especialista menciona que las consecuencias físicas y emocionales de una quemadura pueden acompañar al paciente durante largo tiempo.

Entre las secuelas más frecuentes aparecen cicatrices hipertróficas, queloides, alteraciones en la sensibilidad y cambios que afectan la cotidianidad tanto de la persona lesionada como de sus familiares.

Primeros auxilios según el tipo de quemadura

Los lineamientos médicos coinciden en la importancia de actuar de manera oportuna. Barbosa detalla las pautas según la causa de la quemadura y señala por qué se deben evitar intervenciones inadecuadas.

Consideraciones iniciales

Las quemaduras superficiales generan dolor debido al compromiso de la piel, estructura encargada de la sensibilidad y de la regulación térmica. Cuando esta se afecta, el cuerpo pierde líquidos, electrolitos y proteínas, lo que puede producir desequilibrios en el organismo.

Lesiones por pólvora o fuegos artificiales

Lavar con agua fría entre 10 y 15 minutos.
Retirar accesorios, joyas o prendas.
Si la ropa está adherida, recortar el tejido sin desprenderlo.
Quemaduras por líquidos calientes
Quitar la ropa húmeda o caliente, excepto cuando esté pegada a la piel.
Enfriar el área con agua corriente durante 10 a 15 minutos.
No abrir ampollas ni aplicar productos de ningún tipo.
Cubrir con un paño limpio y acudir al servicio de urgencias.

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Quemaduras por electricidad

Este tipo de lesiones requiere atención inmediata, pues pueden comprometer órganos internos.
Trasladar de inmediato al servicio de urgencias.
Manejar la piel afectada con las mismas pautas de enfriamiento y protección descritas anteriormente.

Lesiones por químicos o ácidos

El manejo requiere especial cuidado:

Usar guantes antes de asistir a la persona.
Cortar las prendas contaminadas, evitando que entren en contacto con zonas sanas.
Retirar accesorios como anillos, pulseras o cadenas.
Utilizar toallas absorbentes sin fricción para retirar el exceso del agente químico.
Lavar de forma continua durante 30 a 45 minutos, luego aplicar jabón líquido durante 15 minutos y volver a lavar entre 20 y 30 minutos.
Repetir el ciclo mínimo tres veces.
No emplear tinas, piletas o recipientes con agua estancada.
Si hay compromiso ocular, iniciar irrigación constante con chorro delgado por al menos 30 minutos, manteniendo los párpados abiertos y sin permitir frotamientos.
Trasladar a la persona al servicio de urgencias tras completar el lavado.

¿Qué evitar siempre ante una quemadura?

El especialista detalla una lista de acciones que no deben hacerse bajo ninguna circunstancia, ya que pueden agravar la lesión:

No usar jabones con blanqueadores.
No aplicar leche, sábila, yogurt, huevo, limón, vinagre, alcohol, bicarbonato ni remedios caseros.
No frotar la zona afectada.
No usar hielo.
No emplear papa, café, cebolla, miel, mantequilla, vaselina ni aceites.
No suministrar medicamentos sin valoración médica.
No manipular ampollas.
No desprender prendas adheridas.
No usar agua contaminada.
No sumergir lesiones por ácido en recipientes con agua.

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Consejos para disminuir riesgos de quemaduras en el hogar

Barbosa y otros especialistas reiteran varias recomendaciones útiles en el entorno doméstico:

Evitar la presencia de menores en la cocina durante la preparación de alimentos.
Ubicar mangos de ollas hacia la parte posterior del fogón y usar los puestos traseros para líquidos calientes.
Abstenerse por completo de manipular pólvora.
No conectar varios equipos a una misma toma eléctrica.
Mantener supervisión en espacios donde haya estufas o fuentes de calor.
Verificar la temperatura de los teteros antes de alimentar a un bebé.
Acompañar a los menores durante el baño y controlar la temperatura del agua.
Mantener el agua de la llave a un máximo de 49 °C; para bebés, 37 °C.
Cuando se mezcla agua caliente y fría, iniciar siempre por la fría.
No consumir bebidas calientes con un bebé en brazos.
Mantener a los menores a distancia prudente cuando se manipulan líquidos calientes.
No dejar niños al cuidado de otros menores.