Tras 20 años de ocupación, CAR recuperó terreno de alto valor ambiental
La Corporación anunció que este espacio se convertirá en un punto de educación ambiental con enfoque etnocultural.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha demostrado su compromiso con la defensa del patrimonio natural y el equilibrio ecológico del territorio.
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Durante los últimos años, la entidad ha liderado diversos operativos de control y recuperación ambiental en distintos municipios, logrando resultados significativos.
Entre sus acciones más destacadas se encuentra el rescate de un ocelote en Fusagasugá, especie que se encontraba en riesgo; las medidas contra la quema a cielo abierto que afectan la calidad del aire; y el control a las captaciones ilegales de agua que comprometen el abastecimiento de las fuentes hídricas.
Sin embargo, una de las más importantes victorias institucionales se concretó recientemente, luego de un largo proceso judicial que se extendió por casi dos décadas.
CAR logra recuperar un terreno en zona de páramo tras 20 años de ocupación
Después de 20 años de disputas legales, la CAR Cundinamarca logró recuperar un predio de alto valor ecológico ubicado en la vereda El Verjón Alto, en la zona rural de Bogotá.
Este terreno, que forma parte de la cuenca del río Blanco, fue adquirido en 1996 por la Corporación mediante compraventa al Departamento de Cundinamarca, con el objetivo de destinarlo a la conservación del ecosistema de páramo.
Se trata de una zona con una gran riqueza natural, hogar de especies de flora altoandina que cumplen funciones esenciales para la regulación del agua, la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad. Pero, además, este territorio posee un valor ancestral, ya que es reconocido como parte del resguardo muisca Saque, donde antiguamente se realizaban ceremonias sagradas y observaciones astronómicas.
Dentro del predio se encuentra un tramo del histórico Camino Real Soachí, con una extensión aproximada de 1.775 metros, símbolo de la conexión entre pasado y presente.
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Un proceso judicial que marca un precedente en la defensa del patrimonio ambiental
Pese a estar respaldada por la Escritura Pública 3631 del 12 de diciembre de 1996, la CAR enfrentó en 2005 la ocupación ilegal del terreno por parte de un particular que alegaba derechos de posesión material como "señor y dueño".
A lo largo de casi veinte años, la entidad debió afrontar diversas acciones judiciales y reclamos de propiedad que retrasaron su misión de restaurar y proteger la zona.
En febrero de 2020, el Juzgado 45 del Circuito de Bogotá emitió un fallo que reconoció a la CAR como la única propietaria legítima del predio. Aunque la decisión fue apelada, el Tribunal Superior de Bogotá confirmó la sentencia en junio de 2024, ratificando la titularidad de la Corporación. Finalmente, en julio del mismo año, el ocupante acató la orden judicial y procedió con la entrega formal del inmueble.
Este resultado marca un precedente importante, pues reafirma la autoridad de la CAR en la protección de los bienes ambientales de uso público, al tiempo que refuerza la confianza ciudadana en los procesos judiciales que velan por el interés colectivo.
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Para la CAR Cundinamarca, este logro va más allá de la recuperación de un terreno. Según explicó su director general, Alfred Ballesteros, la decisión representa "la oportunidad de proteger, restaurar y conservar un área de páramo, honrando el compromiso de promover la gobernanza ambiental del territorio a partir de espacios de alto valor ecosistémico".
La Corporación anunció que este espacio se convertirá en un punto de educación ambiental con enfoque etnocultural, donde se fomentará la apropiación social del territorio, el rescate de saberes ancestrales y la reconstrucción del tejido social en torno al respeto por la naturaleza.
Fuente
Alerta Bogotá.
