
Familia bogotana que murió en hotel de San Andrés celebraba cumpleaños del abuelo: "Papá, ahí tiene ese paseíto para que vayamos"
Orlando Canro habló en Alerta Bogotá de RCN Radio sobre la tragedia familiar que vivió el pasado viernes 12 de julio, cuando encontró sin vida a su hija, Viviana Andrea Canro; su yerno, Tito Nelson Martínez, y su nieto de cuatro años, Kevin Matías Martínez Canro, en una habitación de hotel en la isla de San Andrés.
Según explicó, su hija Viviana era propietaria de un salón de belleza en el barrio Bosa El Recreo, en Bogotá. Allí vivía junto a sus hijos mayores, Bryan y Mayerly, quienes no fueron al paseo y hoy enfrentan el impacto de la pérdida. Tito Nelson, pareja de Viviana y padre del menor fallecido, se dedicaba al transporte escolar y trabajaba trasladando niños de un colegio del norte de la ciudad.
El viaje a San Andrés, relató Canro, fue una sorpresa organizada por su hija con motivo del Día del Padre y de su cumpleaños. En mayo, ella le entregó como regalo el tiquete aéreo y le propuso compartir unas vacaciones familiares en julio. La fecha de salida fue el 9 de julio.
Canro mencionó que la intención de su hija era celebrar en familia, sin imaginar el desenlace que tendría la visita a la isla: "El 17 de mayo, que yo cumplí años, ella me entregó el tiquete; 'mire papá ahí tiene ese paseíto para que vayamos en julio'".
Durante la entrevista, Canro insistió en que la familia habría muerto intoxicada, pero descartó un envenenamiento. Según él, todos consumieron los mismos alimentos y bebidas durante los días previos al fallecimiento, e incluso señaló que el menor comió poco, debido a que se sentía incómodo con el calor, lo que explicaría que los resultados de la autopsia del niño salieran diferentes a los de los adultos.
Canro fue quien encontró los cuerpos dentro de la habitación. Dijo haber percibido un olor extraño al ingresar, similar al vinilo, lo que lo lleva a pensar que sus familiares podrían haber muerto por asfixia o una fuga de gas. Su hija, según recordó, ya le había manifestado desde el día en que llegaron al hotel su incomodidad con la habitación y pidió que se la cambiaran, solicitud que no fue atendida por falta de disponibilidad.
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Hasta el momento, dijo no haber iniciado acciones legales contra el hotel. Afirmó que ha sostenido conversaciones informales con la administración del establecimiento, pero no ha recibido orientación clara sobre cómo proceder legalmente. Canro manifestó no saber a quién acudir para adelantar un proceso jurídico, aunque dejó claro su deseo de que se esclarezcan las causas de la muerte.
Orlando reside en Teusaquillo, mientras que Viviana y sus hijos vivían en Bosa. Por eso, pidió a las autoridades priorizar el caso y permitirle regresar pronto a Bogotá con los cuerpos de sus familiares. "Lo único que esperamos es que se diga la verdad, que se esclarezca lo que pasó, porque aquí seguimos esperando respuestas", concluyó.