Iglesia
AFP
14 Jul 2019 11:55 AM

Sacerdote cuelga los hábitos para transformarse a mujer... de las hostias al tacón

Miguel Ángel
Valencia González
Alisha Cacace habría luchado toda la vida contra la sensación de sentirse “en el cuerpo equivocado”.

Aunque desde su niñez una voz le susurraba desde el fondo de su mente que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, Alisha Cacace, de Basingstoke, Inglaterra, siempre intentó luchar contra ese sentimiento que la disminuía en profundas depresiones y crisis existenciales que la dejaban al borde de la demencia. Por esa razón, desde hace un año, finalmente, este exsacerdote decidió seguir un tratamiento hormonal para permitirse cumplir uno de los más ansiosos y postergados de sus sueños: convertirse en una mujer.

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Según informó el Dayli Mail, Cacace nació en el seno de una familia religiosa y por esa razón había decidido ordenarse como sacerdote. Una vocación en la que pudo liderar su propia parroquia durante seis años y que representó en un espacio donde su fe se mantuvo intacta, pero siempre surgía la sensación de que no encajaba en esa realidad espiritual completamente.

Según el mismo rotativo, en búsqueda de otra realidad Alisha visitó una noche un bar de la comunidad LGBTI y allí se dio cuenta de que tenía que “ser fiel a ella misma”. Desde ese momento, empezó su transformación para convertirse en mujer e inició un tratamiento hormonal riguroso para lograrlo. En entrevista con ese mismo medio, aseguró que hasta ese momento de su vida “nunca se había sido tan feliz”.

Asimismo, Alisha confesó para el rotativo que, si bien al principio se sintió aterrada de salir de su casa con ropa de mujer, la comunidad trans de su pueblo la ayudó a superar el miedo de sentirse incómoda. Finalmente, enfatizó que a pesar de alejarse del liderazgo que ejercía en la Iglesia Católica, aún tiene fe: "Todavía tengo el apoyo de Dios, definitivamente todavía tengo el apoyo de Dios. Puedo sentir eso”.

Por último, para muchas personas, esta historia fue entendida como una falta de respeto por los valores religiosos, una burla a la buena fe y las buenas costumbres de la Iglesia Católica. Sin embargo, para otros tantos se trata de un ejemplo del momento histórico que vive la sociedad contemporánea, donde las libertades deben convertirse en prioridad sobre todas las cosas. 

Fuente
Sistema Integrado Digital