
Conductores tendrán que ponerse 'trucha': multas impedirían que consigan trabajo
A muchos se les olvida que detrás del volante hay una gran responsabilidad. Un descuido al manejar no solo puede terminar en una multa, también puede afectar su bolsillo y su futuro laboral. En ciudades como Bogotá, donde muchos sueñan con trabajar en una entidad pública, una infracción de tránsito podría convertirse en un obstáculo más serio de lo que parece.
No siempre las consecuencias son inmediatas. Pero si se ignoran notificaciones, se dejan pasar correos o se aplaza el pago de un comparendo pensando que “se arreglará solo”, el problema puede crecer. En muchos casos, una deuda con la autoridad de tránsito puede frustrar una oportunidad laboral, especialmente si se busca firmar contrato con el Estado.
Le puede interesar: Alcalde podría ir a la 'cana': Congresista denuncia problema en Soacha
Tener multas le impide trabajar en el sector público
Según el Código Nacional de Tránsito, cometer una infracción puede terminar en una multa, la inmovilización del vehículo o incluso la suspensión de la licencia de conducción. Pero el impacto va más allá: si no se paga la deuda y esta entra en cobro coactivo, como lo establece la Ley 1066 de 2006, las autoridades pueden iniciar un proceso de embargo de bienes o cuentas.
Eso no es todo. En el caso de contratistas, servidores públicos o trabajadores oficiales, una multa pendiente puede impedir la firma de un nuevo contrato. “Hay personas que cumplen todos los requisitos, tienen experiencia y pasan los filtros, pero cuando les piden el paz y salvo de tránsito, ahí se quedan”, explicó una funcionaria de talento humano.
También hay otras situaciones afectadas: si tiene una multa vigente, puede tener problemas al vender un carro, renovar licencias o tramitar autorizaciones para circular.
Lea también: Anda 'embalado', sin plata y sin camello: Distrito ofrece 90 vacantes laborales
Ignorar correos puede terminar en embargo
El cobro coactivo se activa cuando se vence el plazo para pagar de forma voluntaria. A partir de ahí, la autoridad de tránsito puede iniciar procesos legales que incluyen embargos, mientras la deuda comienza a generar intereses moratorios y otros costos.
Todo arranca con una notificación, que puede llegar por correo electrónico o a través del Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT). Desde ese momento, el conductor tiene entre 10 y 11 días hábiles para presentarse, dependiendo del canal por el que fue notificado. Luego vienen 15 días hábiles para presentar descargos. Si no hay respuesta o las excepciones no se aceptan, la obligación queda formalizada.
Mientras la multa esté activa, el deudor será reportado en centrales de riesgo. Esto afecta no solo su historial crediticio, sino también su reputación si busca trabajar con el Estado.
No deje de leer: Contraloría se 'mamó' de los morosos: le echará mano a sus chécheres
¿Pagó la multa y aún aparece en el sistema?
Aunque parezca increíble, pasa más seguido de lo que se piensa. Conductores que ya pagaron siguen figurando como morosos. En estos casos, es clave presentar una solicitud formal ante la Secretaría de Movilidad, anexando copia del comprobante de pago. Solo así se puede corregir el error y evitar que una falla administrativa le cierre una oportunidad laboral.
Además, aunque las multas prescriben a los tres años si no se inicia el cobro, no es recomendable confiarse. Las autoridades suelen actuar antes, y mientras tanto, la deuda sigue activa y generando consecuencias.
Por eso, si trabaja o quiere trabajar con el Estado, lo mejor es revisar con frecuencia su historial en el RUNT y estar al día con cualquier obligación pendiente.