
¿Deudas no lo dejan dormir? Revelan solución para liberarse de ellas
En temas de finanzas personales, no todo se trata de pagar y pagar. También existen reglas que protegen a quienes, por distintas razones, no han podido ponerse al día con una deuda. Una de esas reglas se llama prescripción, y puede ser una oportunidad para dejar atrás cargas del pasado.
En Colombia, millones de personas arrastran obligaciones económicas y hay casos en las que ya no puede exigirse legalmente, pero para lograr ese alivio no basta con esperar: hay que mover papeles, revisar fechas y saber cómo hacer el trámite.
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¿Qué es la prescripción de una deuda y cuándo aplica?
La prescripción es una figura legal que pone un límite en el tiempo para que alguien cobre una deuda por la vía judicial. Si ese plazo se cumple sin que haya una demanda o sin que el deudor reconozca la obligación, la ley permite que esa deuda deje de exigirse.
El plazo depende del tipo de obligación. En general, las deudas por servicios públicos, tarjetas de crédito o préstamos personales pueden prescribir entre 3 y 10 años, dependiendo del caso.
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Documentos que debe reunir si quiere pedirla
Antes de presentar la solicitud, es clave tener en orden los papeles que demuestran que la deuda está quieta. Los documentos básicos son:
- Contrato de la deuda original, donde conste la fecha exacta en que nació la obligación.
- Recibos de pago o certificaciones, para probar cuándo fue el último abono.
- Soportes legales, como notificaciones, demandas o fallos relacionados, si los hubo.
- Carta formal de solicitud, dirigida al acreedor, en la que se pide aplicar la prescripción.
Con esa documentación lista, se envía la carta y se espera respuesta. Si la entidad no contesta o rechaza el pedido, se puede acudir a un juez.
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La prescripción no es automática: hay que pedirla
Una confusión frecuente es creer que la deuda se borra sola. La realidad es que la prescripción solo tiene efecto si el deudor la solicita formalmente.
Si el caso llega a manos de un juez, el afectado debe pedir que se reconozca esa figura; de lo contrario, el proceso sigue como si la deuda aún pudiera cobrarse.
Por eso, si se tiene una obligación pendiente desde hace años, vale la pena revisar si ya cumplió el plazo de prescripción. Con buena asesoría profesional y los papeles listos, podría dejar atrás esa carga de manera legal y definitiva.