
Cundinamarca es una de las regiones más diversas en paisajes y ecosistemas del centro del país. Su geografía incluye montañas, valles, páramos y bosques que ofrecen espacios únicos para conocer la riqueza natural de Colombia.
Esta diversidad lo convierte en un destino clave para el ecoturismo, la educación ambiental y el disfrute tranquilo del entorno. Entre sus tesoros más especiales se encuentran lugares como "la montaña sagrada de la luna", donde la naturaleza, la historia y la espiritualidad se unen en un solo paisaje.
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Este es tesoro espiritual que sigue vivo en Cundinamarca
Entre el verde del Sumapaz y la neblina de las montañas, hay un lugar que ha sido sagrado desde tiempos antiguos. Se trata del Cerro Quininí, en el municipio de Tibacuy, una montaña que, según la lengua de los pueblos originarios, significa "la montaña sagrada de la Luna".
Este cerro no solo conserva la fuerza espiritual de las comunidades Panche, que lo habitaron y usaron como centro ceremonial. También es una Reserva Forestal Protectora de casi 1.900 hectáreas, donde se cruzan el respeto por la naturaleza, la agricultura tradicional y la memoria ancestral.
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Senderos, neblina y vestigios indígenas en un mismo lugar
El ascenso por el Quininí recorre 4.5 kilómetros de caminos reales, marcados por robles, bromelias y lianas que dan la bienvenida al visitante. A cada paso, el paisaje revela pinturas rupestres y formaciones rocosas que fueron altares de rituales lunares, templos naturales donde se honraba la fertilidad y se celebraba la vida.
Es un trayecto de nivel moderado, con una duración promedio de tres horas, ideal para quienes desean combinar caminata con contemplación.
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Miradores con vistas mágicas sobre el Valle del Magdalena
Una vez en lo alto, el Quininí ofrece miradores como la Peña del Diablo y la Cueva de los Panches, donde el horizonte se despliega con generosidad. Desde allí se pueden ver el Valle del Magdalena Medio, Chinauta, Fusagasugá, Silvania, Viotá y, en los días despejados, hasta el Nevado del Tolima.
Este punto también es un sitio de encuentro para actividades como retiros espirituales, fotografía de naturaleza o meditación para recargarse.
Cómo llegar al Quininí y qué tener en cuenta para visitarlo
El acceso al Cerro Quininí se hace por Tibacuy, a unas dos horas de Bogotá. En la zona hay guías locales, hospedajes rurales y oferta de alimentación campesina. También es posible acampar en zonas designadas.
El clima oscila en los 17 °C, con alta humedad y frecuentes bancos de neblina. Se recomienda llevar agua, gorra, bloqueador solar, ropa cómoda y, sobre todo, respetar las señalizaciones ambientales. Aquí la naturaleza y la historia van de la mano, y cuidarlas es parte de la experiencia.