
El pueblo cundinamarqués que tiene un puente 'construido por el diablo': ¿dónde queda?
Colombia es un país donde las tradiciones orales o las famosas leyendas conviven con el patrimonio arquitectónico, dando lugar a relatos que, aunque no figuran en los libros de historia, forman parte del alma colectiva de sus territorios.
Entre montañas, ríos y caminos coloniales, surgen leyendas que han perdurado generación tras generación, fusionando lo espiritual con lo cotidiano.
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En el departamento de Cundinamarca, existe una estructura que destaca por su diseño colonial, y también por el mito que la envuelve: un puente cuya edificación, según las creencias locales, estuvo a cargo del mismísimo diablo.
Este tipo de relatos, comunes en diversas regiones de Colombia, dan cuenta de la riqueza cultural del país y del imaginario colectivo que se ha construido en torno a los elementos históricos.
¿Qué puente de Cundinamarca fue atribuido al diablo?
El puente en cuestión es conocido como el Puente del Común, ubicado sobre la Autopista Norte, en la vía que une a Bogotá con el municipio de Zipaquirá, Cundinamarca.
La tradición oral señala que este monumento fue obra de una intervención sobrenatural, protagonizada por el diablo y sus seguidores.
La leyenda relata que un hombre llamado Florentino, maestro de obra con grandes ambiciones, deseaba levantar el puente más imponente de la zona. Sin embargo, ante la falta de recursos, decidió pactar con el diablo. A cambio de su alma, recibiría ayuda para construir la estructura en una sola noche.
El acuerdo estipulaba que todo debía estar finalizado antes del canto del gallo. Durante esa madrugada, el infierno entero se movilizó, los diablos formaron una cadena humana para transportar enormes piedras y ensamblarlas con velocidad sobre el río Bogotá. Pero Florentino tenía un as bajo la manga. Había escondido a un sacerdote cerca del lugar, quien, al oír el canto del gallo, bendijo el puente antes de que el diablo pudiera completar la obra.
Frustrado, Satanás intentó destruir lo construido, pero solo logró dejar una marca de su pata en una de las piedras, la cual, según algunos, aún puede observarse en el lugar como evidencia del pacto interrumpido.
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¿Cómo visitar el Puente del Común desde Bogotá?
El Puente del Común se encuentra en cercanías al municipio de Chía, sobre la Autopista Norte.
Para llegar desde la capital, debe tomar dicha vía en dirección norte, después de unos 20 kilómetros, antes de ingresar a Chía, se encuentra el acceso a esta estructura que ha resistido el paso del tiempo y conserva su diseño colonial.
Además de su valor arquitectónico, el puente ofrece una vista privilegiada del entorno natural de la sabana. Su restauración y conservación lo han convertido en un atractivo tanto para turistas como para estudiosos del patrimonio histórico del país.
¿Qué otros lugares visitar en Chía, Cundinamarca?
Quienes se acerquen al Puente del Común pueden aprovechar para conocer otros sitios representativos de Chía, un municipio que mezcla modernidad con tradición y cultura ancestral.
Entre los planes más recomendados están:
- Parque Ospina Pérez: este parque central es un lugar de encuentro para residentes y visitantes. Su fuente principal y la escultura de la diosa Chía rinden homenaje a la cosmogonía muisca, permitiendo una conexión con las raíces indígenas de la región.
- Montaña del Oso: localizada en la vereda Yerbabuena, esta área natural protegida es ideal para practicar senderismo y disfrutar de paisajes andinos. Las caminatas conducen a nacimientos de agua, bosques nativos y miradores desde donde se aprecian vistas nocturnas del altiplano.
- Castillo Marroquín: este edificio de estilo europeo, construido en 1898, se ha convertido en uno de los íconos arquitectónicos de la sabana de Bogotá. Sus espacios ofrecen visitas guiadas, exposiciones y eventos culturales.
- Recorrido por el Puente del Común: más allá de su leyenda, el puente constituye un símbolo del pasado colonial y una muestra del ingenio constructivo de épocas anteriores. Es, sin duda, un lugar donde historia y mito se entrelazan de manera única.